Vecinos de Neda, listos para la guerra contra las riadas: «Ponemos compuertas, trasladamos los coches y vigilamos el río ante la llegada del Kirk»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida NEDA / LA VOZ

NEDA

Alejandro, vecino de Neda, colocando las compuertas en la entrada de su casa.
Alejandro, vecino de Neda, colocando las compuertas en la entrada de su casa. José Pardo

En algunos casos, también suben los enseres a la planta superior de las casas para evitar perderlos como en las inundaciones del año pasado

08 oct 2024 . Actualizado a las 18:06 h.

Con la riada en los talones viven constantemente los vecinos de Neda. Tras las graves inundaciones de noviembre de 2023, se han acostumbrado a permanecer siempre listos ante las crecidas de los ríos Belelle y Basteiro. Y ante la inminente llegada de la borrasca Kirk, ya están listos para esta guerra contra el agua: «Tenemos compuertas, trasladamos los coches a cotas más altas y vigilamos el río incluso de noche».

En alguna casa se colocaron sacos para hacer un dique contra las riadas de Neda.
En alguna casa se colocaron sacos para hacer un dique contra las riadas de Neda. José Pardo

Así lo indica Alejandro Esperante, que ya inició el colocado de compuertas. Otro vecino como Jorge López recalca que «cando o tempo empeora poñemos vixianza, facemos todo pola nosa conta, nos turnamos de noite para detectar posibles crecidas». Este lunes se retomaron esas vigilancias en varios puntos del cauce, y esta noche continuarán «para que esto no nos coja desprevenidos». Los afectados por las riadas de noviembre, al menos medio centenar de familias, ya tienen un grupo de alerta temprana en el que se avisan para establecer estas vigilancias «y tomar las medidas oportunas ante el riesgo de la subida del agua, porque oficialmente no hay un plan de contingencia establecido». 

Otra medida consiste en «mover los enseres de las casas a la segunda planta, o volver a aparcar los coches lejos del río; por ejemplo yo los llevo hasta la iglesia de Santa María o a fincas de familiares», explica Alejandro Esperante. En su vivienda, la compuerta la confeccionó él mismo con láminas de policarbonato atornilladas a los marcos de la entrada, aunque otros vecinos usan madera y lo que más aguanta la embestida del agua es el metal. 

En el entorno de los ríos Belelle y Basteiro se hacen rutas de vigilancia.
En el entorno de los ríos Belelle y Basteiro se hacen rutas de vigilancia. José Pardo

En cuanto a los seguros por las inundaciones de noviembre, «te derivan al consorcio, hay gente a la que no le renovaron las pólizas y otra a la que le incrementaron los precios un 30 %». El Concello de Neda presentó a los afectados un estudio con su propio plan de contingencia, pero los vecinos consideran que «eso va a muy largo plazo». Las noches de temporal se pasan en vela para establecer las vigilancias o «catas», como les llaman ellos, mientras sacan fotos.

En el caso de Alejandro, en esa riada de hace casi un año «me quedaron dos coches y una autocaravana fastidiados, el agua me arrancó la tarima flotante y me estropeó los muebles, tiró dos lindes (uno de 25 metros de largo y otro de 12), una piscina de armazón y lona con cinco metros de diámetro, y los árboles».