«El trabajo de un arqueólogo en Egipto es fascinante, mágico... ¡Y muy difícil!»
ORTIGUEIRA
El egiptólogo Antonio Morales hablará mañana en Ortigueira sobre su participación en el documental «La historia secreta de las momias»
05 sep 2018 . Actualizado a las 11:37 h.Antonio Morales Rondán (Sevilla, 1974) se mueve como pez en el agua entre tumbas, ataúdes y momias, porque, desde hace ya cuatro años, este egiptólogo andaluz dirige las excavaciones de la Universidad de Alcalá en la necrópolis de Deir el-Bahari, en la antigua Tebas (hoy Luxor). De esa apasionante aventura hablará mañana en el Teatro da Beneficia de Ortigueira, en el marco del curso de verano de la UDC Arqueología en la cuna de la civilización, que dirige el profesor de Humanidades Juan Luis Montero. Además, la cita incluirá la proyección de La historia secreta de las momias, un espectacular documental de TVE y Story Producciones en el que participó Morales y que muestra los hallazgos que trajo consigo la «autopsia digital» de cuatro momias del Museo Arqueológico Nacional, mediante un escáner de última generación, en el Hospital Quirón de Madrid.
-¿Por qué es tan especial este documental?
-En mi opinión, La historia secreta de las momias ha supuesto un antes y un después en la realización documentales sobre el antiguo Egipto y Oriente en España. Ahora contamos con diversos especialistas, con tecnología y, sobre todo, con la disposición de las grandes instituciones (Museo Arqueológico Nacional, Clínica Quirón y TVE) a plantear nuevos retos y productos de prestigio tanto en lo científico como en la fascinación del público por esta cultura milenaria.
-El documental pone el foco en Nespademu, la momia más asombrosa del Museo Arqueológico Nacional.
-La momia de Nespamedu se convirtió en protagonista fundamental por toda la información que ha ofrecido, desde su análisis médico gracias a los escaneos de última generación en la Clínica Quirón como por la aportación de sus textos jeroglíficos, que nos acercaban a la vida de un médico y sacerdote egipcio cuyo sueño era cumplir con su labor para el beneficio del faraón y que se le recordase para siempre. Con este documental hemos ayudado a que su nombre, enterrado en las arenas del tiempo y el desierto, vuelva a ser pronunciado y su historia conocida.
-¿En qué consistió su trabajo sobre esta momia?
-Como especialista en lengua egipcia, mi principal contribución al trabajo del documental consistió en leer, traducir y analizar los textos que aportaban las cinco piezas de cartonaje funerario de la momia. Estos textos nos hablan de su genealogía familiar, de su trabajo como médico y sacerdote, del lugar en el que realizaba sus tareas y de la gran misión que se le encomendó como médico personal del faraón, probablemente uno de los primeros reyes de la época ptolemaica. Y lo que es más importante, los textos nos permitieron entender sus sueños, sus temores, y su deseo de superar el juicio final y ser aceptado por los dioses en el Más Allá.
-Usted dirige una importante excavación en la antigua Tebas. ¿El trabajo de un arqueólogo en Egipto es tan romántico como lo pinta el cine?
- El trabajo de un arqueólogo en Egipto es fascinante, mágico... ¡Y muy difícil! Estamos hablando de un especialista que, más allá de la emoción de trabajar con momias y hallazgos fascinantes, debe ser un científico riguroso, observador, paciente y analítico. Además hay que saber llevar el calor, las moscas, el polvo... Y las jornadas son muy largas. Desayunamos a las cinco de la mañana, trabajamos sin descanso hasta la una y por la tarde hay que analizar todo lo obtenido, catalogar fotos, dibujos, etcétera. Si Indiana Jones pudiera venirse con nosotros a Egipto seguramente se pasaría la segunda mitad de la jornada aburrido, aunque por las mañanas estaría encantado de poder trabajar con un equipo de expertos apasionados y con cien trabajadores locales que cantan, disfrutan, se esfuerzan y celebran cuando hay un gran descubrimiento.
-¿Cuáles están siendo las aportaciones del proyecto que usted dirige en Luxor al conocimiento del apasionante mundo funerario egipcio?
El Middle Kingdom Theban Project es el proyecto que lleva a cabo cada año desde hace cuatro campañas la expedición arqueológica de la Universidad de Alcalá (UAH). Nuestros objetivos son la excavación, estudio y publicación de una serie de tumbas de un periodo mal conocido en la historia de Egipto pero en el que, sin embargo, se pusieron las bases culturales e intelectuales fundamentales para la producción literaria, artística y arquitectónica de época faraónica. Entre otros hallazgos, el redescubrimiento de un depósito de momificación con ánforas, vendas e incluso el corazón embalsamado del difunto dueño de la tumba, o el estudio de la arquitectura de la época, están revelando nuevos datos sobre el mundo funerario egipcio de ese periodo, hacia el 2000 a. C., y nos ayudará a conocer la situación política y social de ese momento histórico de conflicto y guerra civil entre el norte y el sur.
-España cada vez cuenta con más equipos de arqueológos trabajando en Egipto. ¿Nos encontramos ya a la altura de otros países con mayor tradición egiptológica?
-La Egiptología española goza de buena salud, pero estamos hablando de la salud de una disciplina adolescente en nuestro país. De los padres de la Egiptología española de los años 70, Jesús López y Francisco Presedo, hemos pasado a una generación ya sénior de investigadores, entre los cuales se encuentran José Manuel Galán, Miguel Ángel Molinero, José Miguel Serrano, Mari Carmen Pérez Die, Josep Padró o Josep Cervelló, que ha ayudado a un grupo amplio de estudiantes, que ahora inician sus trabajos y proyectos en España. En los últimos 25 años los avances han sido ostentosos, pero aún no estamos a la altura de países con gran tradición egiptológica como Inglaterra, Alemania, Francia o Estados Unidos.
-¿Por qué decidió hacerse egiptólogo?
-Decidí estudiar Historia Antigua y Arqueología porque me interesaba mucho el conocimiento del pasado. Me atraía intentar responder a la pregunta de cómo el hombre antiguo comprendía su existencia, su cosmos, el mundo que le rodeaba, y cómo organizaba la sociedad y se enfrentaba (o daba forma) a la naturaleza y el paisaje en el que se integraba en función de sus necesidades del momento. Por ello decidí matricularme en la Licenciatura en Historia de la Universidad de Sevilla. Allí me interesé, sobre todo, por los jeroglíficos egipcios y las inscripciones de época faraónica. Me fascinaba el modo en el que los egipcios entendían el poder de la palabra, la magia que encerraba cada vocablo, cada signo y cada representación iconográfica que suele acompañarlos. Ahí empezó mi propio descubrimiento del mundo egipcio... Y me lancé a estudiar un máster y un doctorado de Egiptología.
-En la época actual, los estudios de humanidades no gozan de demasiado prestigio. ¿Cómo animaría a un joven que esté pensando en estudiar Historia? ¿Por qué sigue siendo tan importante estudiar civilizaciones milenarias como la egipcia en pleno siglo XXI?
-La respuesta más sencilla a esta pregunta es que los egipcios de aquella época y los hombres de hoy en día, todos, nos hemos tenido que enfrentar a los mismos problemas, resolver las mismas búsquedas, indagar y buscar soluciones y plantearnos sueños muy similares. El amor, el odio, el trabajo, la enfermedad, la muerte… plantean preguntas a las que los egipcios de época faraónica ofrecieron ciertas respuestas que podrían ser de gran interés para los que a día de hoy también buscamos contestar a preguntas. El modo en el que otra sociedad responde a estas cuestiones debería enseñarnos mucho, forzarnos a buscar, a comparar, a conocer y ampliar horizontes en la vida, la sociedad, la ciencia, la educación, el modo en el que tratamos a los demás… Más allá de la especialización que supone estudiar Egiptología, un estudiante que esté interesado en el mundo faraónico debería plantearse que indagar sobre esas personas que vivieron en el país del Nilo hace milenios supone estudiar modos de pensamiento y de vida distintos. Esos modos distintos ayudan, sin ninguna duda, a valorar y a construir una buena comunicación, además de un respeto sólido y un sentido del honor, del sacrificio y del aprecio, que tanta falta nos hace en el siglo XXI.
EN CORTO
La cita. El documental «La historia secreta de las momias» se proyecta este jueves, a las 12.30 horas, en el Teatro da Beneficencia de Ortigueira, en un acto abierto al público y que incluirá una tertulia posterior con los profesores Javier Morales y Alejandro Jiménez.
Curso de verano. La cita se enmarca dentro del II curso de verano Arqueología en la cuna de la civilización, que se celebra desde hoy y hasta el viernes en el campus de Ferrol y en el Teatro da Benefiencia de Ortigueira con cerca de 35 inscritos. La dirección del curso corre a cargo de Juan Luis Montero, profesor de Historia Antigua en la Facultad de Humanidades de Ferrol y responsable del proyecto arqueológico de la UDC en Palestina. El seminario está patrocinado por la UDC, el Concello de Ortigueira y el Centro de Estudios del Próximo Oriente de Madrid.