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Cara y cruz de Feve en verano: trenes llenos de turistas que unas veces pueden pagar y otras no

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

El último tren que salió de Ribadeo el jueves con destino a Ferrol iba lleno en varios tramos
El último tren que salió de Ribadeo el jueves con destino a Ferrol iba lleno en varios tramos JUAN CARLOS FRAILE ESTEVE

La Plataforma pola Defensa do Ferrocarril Ferrol-Ribadeo denuncia el traslado de unidades a Asturias o Cantabria

17 ago 2023 . Actualizado a las 04:14 h.

En verano, el tren de vía estrecha que comunica la costa norte gallega, de Ferrol a Ribadeo vive su cara y su cruz. Los coches circulan llenos de turistas —frente al argumento reiterado de Renfe de la falta de viajeros, con el que pretende justificar la escasa atención que presta a este transporte—, pero no siempre pueden pagar el billete y, por tanto, aparecer en las estadísticas. En algunos servicios cuentan con interventor y en otros no, por lo que nadie les expende el tique, ni se lo reclama, ni les cobra, y en ocasiones se ven incluso obligados a viajar sentados en el suelo del vagón por falta de plazas.

La Plataforma pola Defensa do Ferrocarril Ferrol-Ribadeo denuncia que Renfe ha desplazado a Asturias y Cantabria unidades en pleno funcionamiento —«a última para facer un reforzo especial para o descenso do Sella, pero que non volveu»— y que de las ocho asignadas a Galicia, que permiten mantener los servicios «con normalidade», ha dejado solo cinco, «polo que en caso de avaría ou revisión dalgunha caerase de novo no desastre das supresións», advierte.

Este colectivo lamenta la política de Renfe de «espir un santo para tapar outro» y asegura que en Asturias o Cantabria disponen de talleres con más medios que el de Ferrol, «pero acumulan unidades sen reparar durante meses e anos». Alerta, por otro lado, sobre la ausencia de interventores, «polo que resulta imposible facer efectivo o pago do billete ou realizar consultas dos servizos». La falta de personal provoca, además, que los trenes tengan que detenerse en todas las paradas del recorrido, «haxa usuarios ou non», alargando el tiempo de viaje de forma innecesaria y generando un mayor gasto en combustible por el tipo de maniobras que deben realizar.

Desde la plataforma constatan que algunos recorridos se efectúan «ao límite de capacidade de ocupación» de los trenes, en un período de alta ocupación, en especial en la comarca de A Mariña, «pola actividade turística, o acceso ás praias, excursións e festas». Y reprochan a la compañía ferroviaria que, en lugar de programar la duplicación de unidades para dar respuesta a la mayor demanda en el período estival, «a súa resposta sexa deixar ao Ferrol-Ribadeo sen as unidades necesarias, nin sequera para un funcionamento mínimo».

Marta y Juan Carlos, turistas madrileños, ayer en la costa de Loiba, en Ortigueira
Marta y Juan Carlos, turistas madrileños, ayer en la costa de Loiba, en Ortigueira

Marta y Juan Carlos, turistas madrileños: «Es una lástima no potenciarlo mucho más»

Marta Arroyo y Juan Carlos Fraile, madrileños de vacaciones en Ortegal con su hija, Violeta, se subieron al tren el jueves a las 11.58 (puntual) en San Claudio (Ortigueira), con destino a Ribadeo. La ida, sin interventor, les salió gratis. En Loiba, una mujer se echó a correr para alcanzar el tren que pasaba de largo y que acabó deteniéndose a unos metros del apeadero. Al llegar a Viveiro les avisaron de una parada de 40 minutos debida al retraso de la unidad que se desplazaba en sentido contrario.

A la vuelta, en la estación de Ribadeo sí pudieron adquirir los pases y a bordo les acompañó una interventora, «que abrió el baño y vio que no funcionaba y, con un trato excelente, se ofreció a parar en Burela y en Ortigueira», donde se bajaron varios pasajeros para ir al aseo. El tren iba lleno, con algún usuario en el suelo. La mayoría eran turistas madrileños, vascos o andaluces. «A la ida hizo todas las paradas y a la vuelta ya solo donde se subía o se bajaba alguien», relatan.

Además de deleitarse con las vistas, al borde del mar, observaron el abandono de los apeaderos. «Todo el mundo comentaba lo mismo, se necesita revisor, es un servicio público y hay que pagar, reforzar y ajustar los horarios para que lo use mucha más gente. No nos podemos permitir el lujo de perder una infraestructura que ya está hecha y un medio transporte que además apenas tiene impacto medioambiental. Es una lástima no potenciarlo mucho más, es una ruta que permite disfrutar de la naturaleza, detenerte en diferentes lugares y gozar de la playa o la gastronomía. En pocos sitios puedes ver un paisaje tan bonito. Es para repetir», subrayaron, convencidos del valor de Feve como recurso turístico.