Ortegal Oil, la marca local de estaciones de servicio nacida en Ortigueira en los años 60, cuenta con una red de una decena de gasolineras. Pero el grupo, dirigido por Antonio López, está inmerso en un proceso de reorganización: «No queda más remedio que cerrar o alquilar las estaciones de servicio que no sean rentables y mantener las que sí», avanza López.
De momento, la empresa ha decidido echar el candado al negocio de Rego da Moa en Fene «porque no vendía» y alquilar dos más en A Coruña.
Por contra, esta compañía, que sigue el modelo tradicional de estaciones de servicio, tiene sus joyas de la corona en Narón o en el polígono de Vilar do Colo, entre Fene y Cabanas, donde, pese a que existe mayor competencia, las ventas tiran del negocio. «Donde más trabajamos es en Narón, ajustamos costes, cambiamos de proveedor y vendemos más barato», resume López, quien reconoce que en ese municipio sirven dos o tres veces más carburante que en Ortigueira, por ejemplo.
Y es que la clave para obtener rentabilidad en el negocio es comercializar mucho combustible, aunque sea a cambio de tarifas más bajas para competir en el mercado.
Sobre el fenómeno de las low cost, que ha obligado a las tradicionales a ponerse las pilas, Antonio López considera que es inevitable, aunque «van a la precariedad», y que abren en aquellos lugares con mayores ventas: «En las aldeas no van a abrir».
López apunta que no existen incentivos para invertir, menos con la perspectiva de que en el 2035 dejarán de venderse coches con motor de combustión.