Ramón Orizales, vecino de Ortigueira: «O primeiro soldo que cobrei foi de aprendiz de zapateiro, 15 pesetas á semana»

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Con la réplica de la iglesia de Santa María y el consistorio local de Ortigueira
Con la réplica de la iglesia de Santa María y el consistorio local de Ortigueira I. F.

Con 14 años entró en la zapatería de Veloz, durante la mili aprendió fontanería y tras nueve años en Suiza, donde conoció a su mujer, regresó a su villa natal y se publicitó como «nuevo fontanero»; ahora hace réplicas de iglesias, escuelas y faros

24 ago 2024 . Actualizado a las 16:56 h.

Ramón Orizales Rodríguez nació en la calle Magdalena, en Ortigueira, hace 76 años. «E aquí levo toda a vida», dice, salvo el paréntesis de la emigración. A su madre no le gustaba verlo en la calle después de la escuela y con 14 años entró de aprendiz en la zapatería de Veloz, amigo de la familia, en A Penela. «Éramos sete traballando, e daquela había outras dúas zapaterías en Ortigueira, a de Pancho, con cinco persoas, e a de Iglesias, con dous ou tres», recuerda. Cruzaba desde el escolar (la actual biblioteca) y se dedicaba a «facer fío e mazar solas nunha pedra». «Cheguei a facer zapatos para min, daquela cosíamos e todo era á man», cuenta, orgulloso. Con 14 o 15 años ganaba 15 pesetas a la semana: «O primeiro soldo que cobrei foi unha alegría. Era un sueldazo, ir ao cine de Foxo custaba dúas pesetas e había tres sesións á semana».

Tres años después se fue a la mili de voluntario, en A Coruña, y se apuntó a un cursillo de fontanería para aprender el oficio y librarse de las guardias. Hasta los 19, cuando entró de ayudante de fontanería con Bellón. «Despois xurdiu, por mediación dun parente, a oportunidade de traballar nas instalacións [de fontanería] das estacións de tren, que se estaban facendo. Botei un mes en Burela, dábanme tres mil pesetas, que me chegaban xusto para pagar a pensión completa; así fun practicando o oficio», rememora. Manejaba hierro y plomo: «Daquela non existían tubaxes de cobre».

Ramón, con la maqueta de la que fue su escuela, donde hoy están la biblioteca y la oficina del INSS
Ramón, con la maqueta de la que fue su escuela, donde hoy están la biblioteca y la oficina del INSS I. F.

En 1968, con 20 años, emigró a Suiza con un contrato de trabajo en una fábrica de contadores de gas, de la que no salió en los nueve años que vivió en Ginebra. Allí conoció a la que iba a ser su mujer, «unha galega de Vigo», a la que descubrió en una visita a la hija de Veloz, el zapatero, que también estaba en la capital suiza. Y allí nacieron sus dos hijos mayores. Pero decidieron regresar a Ortigueira, donde nació la benjamina. «Nada máis chegar xa puxen un anuncio en La Voz de Ortigueira de ‘nuevo fontanero', e estiven de fontaneiro ata que me xubilei —explica—; tivemos un local con material de fontanería primeiro, e despois puxemos unha libraría, Dorita, que levaba a miña muller, ata que se retirou».

El local estuvo alquilado un tiempo y ahora le sirve para almacenar las maquetas de edificaciones que con tanto afán construye, y que durante este mes se pueden ver en el edificio del Concello de Ortigueira. «De onde me vén a afección? Paciencia e tempo libre. De aí me vén, desde que me xubilei. Tiña un taller ao pé da casa, con algunha ferramenta, e facía xoguetes para os netos (ata un futbolín)... e fun inventando cousas», cuenta. Asegura que no está muy ducho en las redes sociales, pero YouTube le ha servido de escuela para levantar iglesias o faros a escala. «Botaba horas mirando vídeos e aprendendo. Nunca na miña vida traballara a madeira... o que fago son argalladas, se vén un artista de verdade...». La entrega se nota en el detalle de las edificaciones que levanta en miniatura. «Se non me gusta, desmonto, e volvo empezar. Fágoo sen planos, saco fotos arredor e cada metro val por un centímetro ou un e medio, unhas medidas aproximadas», desvela.

En algún caso, como la Torre de Hércules, de su serie sobre faros, utiliza de referencia fotografías que encuentra en internet. «Pásoo ben, estou entretido, ata que me chama a muller para comer... ás veces bérrame [risas]. Santi, o veciño, venme tocar a puñeta e méteme ideas [más risas]». Su primera obra fue la capilla de A Magdalena, de su barrio, «porque é pequena». El tejado se levanta y se pueden ver los bancos o el altar, que ha diseñado con mimo.

La lista de iglesias siguió por Santiago de Cuíña, San Xulián de Loiba, San Cristóbal de Couzadoiro, San Claudio y Santa Marta de Ortigueira. Además del santuario de San Andrés de Teixido. De las 15 piezas, siete son templos. También ha recreado los faros de Estaca de Bares (Mañón), Punta Candieira (Cedeira) y Cabo Ortegal (Cariño), además de la Torre de Hércules y el de Illa Pancha, en Ribadeo, con puente incluido. El molino de Campo da Torre —«vese moi ben desde a miña casa, saquei fotos alí e funo compoñendo»— y los antiguos escolares de San Claudio y Ortigueira completan su obra. Pero Orizales no parará aquí: «Teño uns proxectos, pero non chos vou contar porque se descobre o segredo, un é máis fácil, o outro é máis difícil... mentres me aguanten as rodillas, porque é moito tempo de pé».

De su escuela, que hoy alberga la biblioteca y las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social, con niños y niñas separados, no ha olvidado «a pota de chocolate quente, o queixo de Holanda, o leite en polbo e a manteiga que mandaban os americanos», y que se repartían entre los escolares. «Aprendíanse as catro regras, e o que tiña cartos levaba aos fillos a escolas privadas (había dúas academias en Ortigueira), a miña familia non podía».

Para construir las maquetas utiliza, sobre todo, madera (recicla palés y a veces compra), y también pizarra (para las techumbres) y gravilla y cemento-cola (para los muros, aunque algunos son de madera). «Para min é un entretemento —repite—, un día dúas horas, outro catro». Eso sí, «se xoga o Madrid, á hora que sexa», su mundo se para e interrumpe la faena. «E a ver se este ano nos dá algo de ánimo o Deportivo, que é o meu segundo equipo».

«As maquetas fágoas sen planos, a partir das fotos que saco arredor, son argalladas»

«Teño proxectos, un máis difícil ca o outro, pero non vou descubrir o segredo»