Usuarios de la residencia de mayores de Ortigueira: «Todos os días vai un prato á basura, é incomible»

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

CEDIDA

Todos los grupos, salvo el PP, apoyaron la moción de P. Orti para instar al Consorcio a utilizar la cocina en vez del cátering

05 oct 2024 . Actualizado a las 13:57 h.

Los usuarios de la residencia de mayores Dolores Díaz Dávila, integrada en el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, mantienen viva su batalla para exigir cambios en la comida que les sirven a diario en el centro. «Todos os días nos poñen dous pratos, e todos os días vai un á basura, porque está incomible», denuncian los afectados. La moción presentada por el grupo de Primeiro Ortigueira (P. Orti) puso este asunto sobre la mesa en el último pleno municipal, al que asistieron varios residentes. «Dispón dunha cociña equipada para poder facer a comida diariamente aos seus usuarios, polo que se podería cambiar o cátering que serve agora a comida pola contratación de cociñeiros, o que melloraría a calidade de vida e a saúde de todos», argumentó la portavoz de esta formación, Ana Franco.

La moción, respaldada por todos los grupos (incluida la edila de XA, socia de gobierno del PP) salvo el popular, que se abstuvo, prevé comunicar al Consorcio las quejas de los usuarios e instarlo a sustituir el cátering por la cocina propia. En la sesión, la concejala de Sanidade, la conservadora Ana Cartelle, defendió los menús del geriátrico local: «Hemos ido, de manera imprevista, y el aparataje, los hornos y los microondas son de última generación, y la persona que los maneja está formada y sabe cuánto tiempo y a qué temperatura tiene que calentar cada plato». Añadió: «Las características organolépticas [sabor, olor, textura o color] de la comida nos parecen correctas, igual que el cálculo de calorías, teniendo en cuenta las características de los usuarios».

La edila popular subrayó, además, que «todo está bajo el control de una dietista y del departamento de nutrición». Además de responder a las fotografías de algunos platos hechas públicas hace días: «La persona encargada de repartir los menús nos dijo que solo reconocía una foto como de un menú servido allí». El alcalde, Valentín Calvín, incidió igualmente en la calidad del equipamiento y la formación del personal que maneja los alimentos.

Los argumentos del grupo mayoritario del ejecutivo local causaron indignación entre ediles de P. Orti, PSOE o BNG. Y también entre los usuarios de la residencia que acudieron al salón de plenos. «Yo lo abandoné, por lo que dijo la concejala de Sanidad y por no armar bronca. Dijo que todo estaba perfecto y que la comida pasaba todos los controles. Pasar los pasará, pero es insípida, no tiene sabor ni olor. Solo queremos comida que sepa a comida, no pedimos el menú de un hotel de cuatro estrellas», manifestó alguno de ellos.

Del alrededor de medio centenar de residentes, muchos sufren dependencia severa. «Somos casi 50, y 40 no saben ni que están aquí, a la mayoría tienen que darle de comer [...]. Yo fui cocinero, igual que mi madre, mi abuela y mi bisabuela, y sé algo de esto», remarca este usuario. «Aínda hoxe gastei dez euros en comida [fuera del centro], e onte outros doce, e a pensión non me dá para tanto, porque o 75 % vai para a residencia. Pero teño que comer. Se non, que fago, morrer?», se pregunta. Como ejemplo, los usuarios aseguran que «la tortilla francesa es plástica». Si algo les molesta es que les rebatan algo que soportan a diario: «Nos quieren hacer creer que estamos equivocados». Es su mayor queja del centro: «Polo demais, mellor imposible, pero mátanos a comida. A ilusión que tes é ir comer, pero aquí xa non, a moita xente xa a teñen que ir buscar ás habitacións porque non querer ir».

La portavoz de P. Orti explicó que «a calidade do servizo de cátering comezou a baixar desde hai uns sete anos, de tal maneira que a propia dirección e os traballadores decidiron facer un amplo informe avaliando durante un mes a comida, que trasladaron ao Consorcio. A partir de aí houbo unha lixeira mellora, pero nunca máis se avaliou». Entiende que el problema «probablemente non sexa da empresa de cátering, xa que calquera pode entender que por menos de oito euros ao día [por el desayuno, la comida, la merienda y la cena de cada usuario], a calidade da alimentación non pode ser a mínima necesaria».

Iniciativas del BNG

Por su parte, el BNG de Ortigueira y el diputado autonómico Mon Fernández anuncian «unha batería de iniciativas demandando a posta en marcha da cociña e unha mellora do servizo de comedor da residencia». Recuerdan que la dirección del Consorcio ha enviado cartas a algunos usuarios «denegándolles as súas peticións de poñer a funcionar a excelente cociña coa que conta o centro, alegando razóns de seguridade alimentaria, e os constantes controis de calidade que parece que realiza a propia empresa concesionaria».