El tejo de Pontedeume es insalvable

Carla Elías Martínez
Carla Elías PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

El deterioro externo del árbol ha ido haciéndose más patente con el paso de los años.
El deterioro externo del árbol ha ido haciéndose más patente con el paso de los años. Ángel manso< / span>

La Estación Fitopatológica de Areeiro ha emitido un informe sobre el árbol

15 jul 2015 . Actualizado a las 18:11 h.

«No parece factible su recuperación mediante cualquier tipo de actuación». Es la conclusión del informe emitido por la Estación Fitopatológica de Areeiro (perteneciente a la Diputación de Pontevedra) que acaba de recibir el Concello de Pontedeume. «Vamos a confiar en la suerte que está en manos de la naturaleza», lamentaba el alcalde, Bernardo Fernández.

El ayuntamiento encargó la valoración tras detectarse un «notorio deterioro del centenario árbol de la Casa Tenreiro, incluido en el Catálogo Galego de árbores Senlleiras, y con unos quinientos años de antigüedad. Detallan que en el año 2012 expertos de la estación constataron que las acículas se continuaban secando y que la defoliación seguía aumentando. El verano de ese mismo año el Concello tomó la medida de levantar el enlosado de parte del paseo para garantizar que las raíces se pudiesen oxigenar.

La pasada primavera, detallan desde el Concello, los técnicos comprobaron que la defoliación era prácticamente total y permanecían verdes los brotes chupones que nacen en el fuste. También tomaron muestras del suelo para comprobar la posible existencia de hongos, y aunque no se detectó presencia de Armillaria, sí de Phytophtora citrícola.

Los últimos años el deterioro ha sido más que patente en el ejemplar que poco a poco ha ido secándose exteriormente. Numerosos vecinos y entidades como SOS Pontedeume han reclamando en reiteradas ocasiones durante los últimos años que se tomasen medidas para intentar paliar la situación del árbol.

Desde el gobierno municipal señalan que no obstante se pondrán en contacto con la estación para interesarse por los pormenores del estudio de un elemento emblemático del patrimonio natural eumés que, por desgracia, lamentan, parece inviable recuperar.

Medio milenio de historia

El tejo de los Tenreiro es un ejemplar de Taxus baccata que ha sido testigo de momentos únicos de la historia. Aunque desde hace años está cerrada la escalera, la estructura del ejemplar permitió habilitar tres pisos donde desayunó el político Emilio Castelar en 1885. A principios del siglo pasado intelectuales, políticos y escritores se reunieron allí, invitados por los hermanos Ramón María y Antonio Tenreiro, propietarios de la finca.

Azorín, Valle Inclán o Manuel Azaña fueron otros de sus ilustres visitantes. Y también hubo quien prefirió inmortalizarlo para la posteridad como Emilia Pardo Bazán, que lo eligió como escenario de su novela Una cristiana.

Bajo sus ramas también se tomaron decisiones políticas. El gobierno en pleno de la Segunda República, que presidía Santiago Casares Quiroga, celebró un banquete.