Manuel Molares, un eumés permanentemente comprometido con los desfavorecidos
PONTEDEUME

El empresario, de 101 años de edad, recibió sepultura en el cementerio evangélico de Ares
02 may 2018 . Actualizado a las 19:52 h.Esta tarde recibía sepultura, en el cementerio evangélico de Ares, Manuel Molares (Salvaterra do Miño, 1916-Pontedeume, 2018). Hombre de firmes creencias, deja un legado de generosidad, defensa de la justicia y permanente entrega a los demás que Pontedeume -donde pasó la mayor parte de su vida-, y aun se diría que Galicia entera, mantendrán vivo para siempre. Un legado que tuvo su reflejo en las páginas de la trilogía Evangélica memoria, del escritor ferrolano Xavier Alcalá.
Durante los años de la posguerra -y no solo durante ellos- tuvo que enfrentarse a situaciones extraordinariamente difíciles, propias de un tiempo en el que la tolerancia religiosa brillaba, desgraciadamente, por su ausencia. Pero siempre se mantuvo fiel a sus principios, permanentemente entregado a la defensa de los desfavorecidos y a la lucha contra la injusticia. Era un eumés (porque aunque hubiese nacido en tierras del Miño, su paisaje vital fue el del Eume) de inquebrantables convicciones, que jamás dejó de mirar a la adversidad de frente.
Fue un hombre valiente. Gran estudioso de la Biblia, era además un profundo conocedor del mundo del ferrocarril, en el que también trabajó durante una etapa de su vida. Y sentía un gran interés por todo lo relacionado con la comunicación y el periodismo. Como empresario diversificó su actividad en distintos ámbitos, y ayudó a dar a conocer elementos tan emblemáticos de la producción artística gallega como la cerámica de Sargadelos. Brillante conversador y hombre de una bondad infinita, deja una profunda en huella en todos cuantos lo conocieron.