Los vecinos de Pontedeume llevan tres días sin poder consumir agua del grifo

A. F. C. PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

CESAR TOIMIL

El río Eume baja muy turbio desde hace una semana y la preocupación sobre las posibles consecuencias crece entre mariscadores y pescadores

13 oct 2020 . Actualizado a las 08:42 h.

Los vecinos de Pontedeume, unos ocho mil, llevan ya tres días sin poder consumir el agua del grifo. La turbidez que presenta el río Eume, del que se capta el agua, aumentó desde la tarde del viernes hasta superar, el sábado por la mañana, los niveles máximos establecidos por la legislación vigente. «É imposible que os procesos levados a cabo na planta potabilizadora municipal poidan garantir a calidade da auga», indicaron el sábado desde el Concello, que prohibió el consumo de agua, que sí se puede utilizar para fregar o para el aseo.

El Concello trasladó el problema a la Consellería de Sanidade: «Con motivo dos vertidos existentes ao río Eume que se veñen producindo en continuo ao longo de toda a semana e que están a alterar a súa calidade e características morfolóxicas, ante o aumento da turbidez, a estación de tratamento de augas non está capacitada para garantir que a calidade sexa apta para o consumo». Fue entonces cuando Augas de Galicia se puso en contacto con el gobierno local.

«Nos sentimos solos, nadie se comunicó con nosotros hasta el sábado, y desde entonces tampoco han vuelto a hacerlo. Ni Augas de Galicia, ni la Consellería de Medio Ambiente ni la de Mar, cuando hay 70 familias que viven del marisco y que están a las puertas de la temporada de Navidad», reprochó el regidor eumés, Bernardo Fernández. Augas de Galicia se ha limitado a decir que los técnicos se desplazaron al entorno del río en cuanto se recibió la notificación del 112. «Inspeccionouse a zona e tomáronse mostras, que arroxaron valores normais en parámetros coma o PH, a condutividade ou o osíxeno», explicaron el viernes. La inspección «só revelou certa turbidez na auga» y el personal «tomou novas mostras en distintos puntos do río». Insisten en que, «como vén sendo habitual, o persoal de Augas segue efectuando o seguimento da evolución do estado da auga [...], aínda que neste caso, nos parámetros medidos non se teñen detectado anomalías».

Santiago Salgado, patrón mayor de la cofradía eumesa, reconoce su inquietud por las posibles consecuencias de la acumulación de partículas en suspensión en el río, que acaban en el mar, con efecto «desconocido» sobre el marisco. «Hay análisis que han dado presencia de hierro, aluminio y titanio, en muy bajas concentraciones, y aunque nos dicen que no tiene repercusión, no lo sabemos», señala, preocupado, igual que sus compañeros del pósito, por el eventual impacto en la campaña navideña, que comienza en el mes de noviembre.

«Non se sabe se hai peixes mortos»

A Guillermo Maroño, presidente de la Asociación de Pescadores Caaveiro, también le intranquiliza la detección de materiales pesados. Y advierte de que «non se sabe se hai peixes mortos, porque tal e como vén o río non se ve». Coincide con otros vecinos del entorno del parque natural de las Fragas do Eume en que «nunca así se vira o río». Sobre las causas del estado del cauce fluvial, distintas fuentes apuntan al embalse del Eume y la reposición del caudal ecológico del río obligada por Augas de Galicia.