
La Xunta recomienda no entrar en el parque a través de Pontedeume por el mal estado del firme y por el riesgo de desprendimientos y caídas de árboles
24 oct 2023 . Actualizado a las 16:41 h.«Nuestro apellido es Carral y ahora vamos hasta Carral», comenta con humor uno de los hermanos valencianos que, antes de dirigirse hacia ese municipio de la comarca de A Coruña, decidieron visitar el monasterio de Caaveiro. Pero no pudieron hacerlo, porque el principal acceso hacia el cenobio, enclavado en el corazón del parque natural de las Fragas do Eume, está cerrado al tránsito de vehículos. Una medida adoptada por la Consellería de Medio Ambiente que ya se está convirtiendo en costumbre en los últimos meses. Y no solo en verano, para evitar colapsos circulatorios en la estrecha carretera que parte de la parroquia eumesa de Ombre provocados por la intensa afluencia de visitantes —unas 60.000 personas al año—. El acceso permanece cortado estos días por el aviso de temporal, aunque ello no impide que algunos vehículos esquiven la valla colocada en medio de la carretera y se cuelen hacia el monasterio.
Pero el mal estado del vial —comido por los baches— y el peligro de caída de árboles y de desprendimientos por el viento y la lluvia ha llevado a la consellería a lanzar una recomendación inédita hasta ahora, en aras de la seguridad de los visitantes: que no pase nadie, ni en coche ni andando. Así que la única ruta alternativa para adentrarse en el parque y llegar hasta Caaveiro es por A Capela, a través de la central do Eume, aunque el coche hay que dejarlo dos kilómetros y medio antes del monasterio y caminar desde ahí hasta él.

Esa es la recomendación que se encontró una pareja procedente de Guadalajara que llegó a mediodía al centro de interpretación de las Fragas con el objetivo de realizar una ruta por el parque. Tuvieron que dar vuelta.
«Es una cuestión de seguridad, transitar por esta carretera es muy peligroso», explican usuarios que frecuentan la zona.
Nadie arregla el vial
El acceso a las Fragas a través de Pontedeume es pasto del abandono, más acusado en el último año. Y es que ninguna administración está asumiendo la responsabilidad de reparar los desperfectos del firme. Fuentes de la Diputación de A Coruña, propietaria de Caaveiro, precisaron que la Xunta siempre se ha encargado de reparar la carretera, hasta el año pasado. Lo mismo apunta Carmen Blanco, propietaria de la taberna de Caaveiro, situada a los pies del monasterio, quien subraya que el mantenimiento del acceso principal a las Fragas lo asumía la Xunta, hasta que dejó de hacerlo. «Trabajar aquí cada vez es más complicado», reconoce. Blanco añade que si el vial desde Pontedeume cierra al tránsito de coches y personas tendrá que replantearse el futuro del local, que ahora abre los fines de semana y los festivos: «Vamos a tener que cerrar hasta que se resuelva el problema».
La Consellería de Medio Ambiente explicó que «ante a situación da estrada de acceso ao mosteiro de Caaveiro, xestionado pola Deputación da Coruña, e tendo en conta o seu deterioro e a inseguridade que pode supoñer tanto para os visitantes do parque como, de maneira especial, do mosteiro; o servizo de Parques Naturais da Xunta en contacto con técnicos da administración provincial para coñecer a decisión da entidade sobre a titularidade da devandita estrada». Medio Ambiente destacó que ese vial «non está incluído na rede de estradas pertencente á comunidade autónoma».

El deterioro del principal acceso a las Fragas ha ido en aumento en el último año. De hecho, se han producido varios desprendimientos y caídas de árboles. La última, hace unos días, cuando tuvieron que acudir los bomberos a retirar el tronco y las ramas. Hay un «problema de seguridad», comentan algunas fuentes consultadas.
De hecho, hace unas semanas, una pequeña que se hirió con una piedra tuvo que ser evacuada en todoterreno, que pudo sortear con menos problemas que una ambulancia el mal estado del firme, según las mismas fuentes.
El monasterio de Caaveiro abre todos los días. Cuenta con vigilancia presencial las 24 horas del día. «Los trabajadores se la están jugando» transitando por ese vial.