Hermosa torre de los Andrade

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

PONTEDEUME

Ramón Loureiro

16 sep 2024 . Actualizado a las 12:51 h.

Pontedeume, para mí, además de un lugar muy querido, lleno de grandes amigos y de grandes recuerdos, siempre ha sido una especie de máquina del tiempo, de puerta abierta al pasado. Porque de crío leía una y otra vez, como si de una apasionante novela se tratase, la monumental Historia que le escribió Couceiro Freijomil (magníficamente impresa, por cierto, en los talleres de la recordada imprenta López Torre). Y me alegra mucho que la villa conmemore estos días el centenario de la concesión, al Torreón de los Andrade, del título —permítaseme decirlo así— de Bien de Interés Cultural. Una efeméride que se celebra, por ejemplo, con una «iluminación especial» del edificio, que, sin lugar a dudas, será precioso poder contemplar. El Torreón de Pontedeume fue mandado construir, casi a finales del siglo XIV, por Fernán Pérez de Andrade O Bóo, y es lo único que ha llegado hasta nosotros del conjunto palaciego que mandó alzar aquel poderoso partidario de don Enrique el de las Mercedes, el legendario Andrade cuyo sepulcro se conserva en la iglesia de San Francisco de Betanzos.

Por cierto: en una de las fachadas de ese torreón se encuentra ahora la piedra armera en la que uno de los sucesores de Fernán Pérez O Bóo, el renacentista Fernando de Andrade (conde de lo mismo, quiere decirse que de Andrade, y también de Vilalba), lucía las banderas que conquistó en Italia durante las campañas mandadas por el Gran Capitán. Don Fernando, ya saben, descansa en la iglesia de Santiago de Pontedeume, convertido en caballero de mármol para toda la eternidad.