Para el regidor de Valdoviño, el socialista Alberto González, «el hecho de nombrar calles no puede nunca dejar sin identidad los lugares. No puede ignorar su historia y mucho menos la de sus vecinos y vecinas, ya que son ellos los que a lo largo del tiempo bautizaron su territorio en base a elementos significativos del mismo, de tradiciones, de costumbres…».
Para el regidor también es importante destacar que «en ocasiones, cuando esos lugares y espacios crecen, dando lugar a la configuración de calles y avenidas se tiende a olvidar su identidad con denominaciones ajenas al territorio. En el caso de Valdoviño, queríamos recuperar lo que consideramos un patrimonio cultural de carácter inmaterial, la toponimia local. Una señal de identidad del territorio, pero también nuestra como pueblo. Aquellos nombres que nos identifican, que sentimos propios y, cómo no, que guardan un importante valor sentimental».