El embalse de As Forcadas, en Valdoviño, al nivel más bajo en diez años en octubre
VALDOVIÑO
El pantano se sitúa al 54,55 % de su capacidad, 27 puntos menos que hace un año y 20 por debajo de la media de la última década, pero sin problemas de suministro
05 oct 2022 . Actualizado a las 22:59 h.Los vecinos de Loira y Vilaboa, en Valdoviño, recuerdan años con el nivel de agua del pantano más bajo. Hablan del 2017 y del 2003 como los más secos. Los datos, actualizados a 4 de octubre de 2022, indican que el embalse de As Forcadas se encuentra al 54,55 % de su capacidad, 27 puntos menos que en la misma semana de 2021, cuando alcanzaba el 81,82 %, y 20 por debajo de la media de la última década, con 74,55 % en la semana inicial de este mes. Acumula seis hectómetros cúbicos de agua, frente a los nueve de hace justo un año.
«Que choiva dous días agora non se nota coma se fora no inverno, o terreo está seco e absorbe a auga, vai chupando as escorrentías ata que o encharca. É benvida, pero no embalse non se nota aínda», comentaba ayer un residente en la zona. Las previsiones parecen favorables, con pronóstico de lluvia para el lunes y cara al fin de semana siguiente. En todo caso, los concellos que se abastecen del pantano de As Forcadas —Valdoviño, Ferrol, Narón, Fene, Ares y Mugardos— no parecen muy preocupados por el bajo nivel de agua.
De momento, los ayuntamientos no han recibido ninguna advertencia de los técnicos que obligue a aplicar restricciones. Durante el verano, el Concello de Valdoviño optó por cerrar la mayoría de las duchas de las playas para tratar de reducir el consumo. Con el fin de la temporada estival, tanto este municipio como el de Ares ven cómo disminuye de manera drástica la demanda de agua. «Baja muchísimo, hay muchas viviendas ocupadas en verano que ahora vuelven a estar vacías», constata el regidor valdoviñés, Alberto González.
La construcción del embalse de As Forcadas comenzó en 1962, ocupando tierras de labor, montes y viviendas. Cuatro años después finalizaron las obras. El paisaje fue cambiando alrededor del río Forcadas, que dividía las parroquias de Loira y Vilaboa, y el pantano se ha convertido en un espacio para la práctica de deportes náuticos o la pesca (ahora solo está permitida desde tierra). Entre mediados de marzo, cuando suele abrirse la temporada, y finales de julio hay aficionados que lanzan la caña desde la orilla para capturar truchas o bogas de río, en competencia directa con las nutrias, las garzas, las martas o los cuervos marinos.