Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Tótem, el chiringuito de Valdoviño con columpios para ver la puesta de sol

A. F. C. VALDOVIÑO / LA VOZ

VALDOVIÑO

CESAR TOIMIL

El viejo Tumbao se ha reconvertido de la mano del artista Carlos García Romero, de 2Duendes

24 jul 2023 . Actualizado a las 14:31 h.

El viejo Tumbao se ha convertido en Tótem. Es el chiringuito que abrió hace siete años José Antonio Castro, al frente del restaurante A Saíña, en el paseo de Valdoviño, a pocos metros de este clásico local situado junto a la playa pequeña. «Primero tenía unos palés, a modo ibicenco, con música chill out; luego pusimos una barca de siete metros y fue un éxito, la cortamos a la mitad y servía de asiento, y la gente flipó. Pero con el tiempo hubo que cambiarla porque se deterioraba, los inviernos son duros aquí», repasa Bruno Castro Bellas, hijo de José Antonio y encargado de Tótem, junto a su pareja, Paula Rodríguez Oterino.

Este año han querido «darle un lavado de cara» al chiringuito, una transformación en la que ha tenido mucho que ver el artista de San Sadurniño Carlos García, de la firma 2Duendes, con su compañera, Marina Goti. Bruno y Paula regresaron inspirados de un viaje de seis meses por Asia. «Cogimos ideas y se las dimos a Carlos, que se ha ocupado de toda la decoración menos las lámparas», cuentan. Vieron que se necesitaba un cerrado para parapetarse frente al viento y una cubierta para protegerse del sol. «Carlos hizo una caseta [recubriendo con madera el contenedor metálico] y en frente una barra con columpios para poder sentarse a tomar algo, son ocho y desde ahí tienes las mejores vistas, está siendo un éxito», comenta Bruno.

Seis meses de viaje por Asia

En Tótem disponen de «mesas grandes, como si fueran de merendero, para grupos numerosos», obra de 2Duendes, y otra barra larga por fuera, con taburetes y barriles. El otro elemento singular del renovado negocio es el que le da nombre, «un tótem de 2,40 metros tallado con motosierra». A los clientes les gusta fotografiarse al lado de esta pieza. «Todo el mundo nos dice que le gusta mucho el cambio», agradece Bruno. Este año querían abrir en San Xoán, pero al final no fue posible porque las reformas se retrasaron. «Nos arreglamos para poder funcionar los fines de semana», dicen, y desde hace un par de semanas ya están a diario. Al menos hasta el 15 de septiembre, «dependiendo de cómo venga el tiempo», de día y de noche. El resto del año trabajarán en A Saíña, los fines de semana, y Paula se centrará en preparar las oposiciones a docente. Esta pareja de veinteañeros aún tiene fresca la expedición por Asia. Pasaron dos meses en Tailandia, tres días en Kuala Lumpur (capital de Malasia), un mes en Bali, dos semanas en Vietnam, otras dos en Camboya y veinte días en Egipto.

«La experiencia fue increíble, íbamos de mochilleros y a tirar millas», apuntan. Cada año ahorran para una escapada. «Esta, aunque fue larga, no tuvo mucho gasto, porque comer allí es muy barato, el transporte también, incluso el taxi, alquilar una moto te sale por tres euros al día... por eso aguantamos tanto tiempo», confiesan. Al volver, Carlos García dio forma a los cambios que fueron anotando en su ruta asiática. El resultado se puede ver en Tótem, mirando al Atlántico.