Aparecen ejemplares en Doniños, Marmadeiro, Covas, Santa Comba y Ponzos
28 ago 2023 . Actualizado a las 13:13 h.La semana pasada los socorristas de Valdoviño alertaban en A Frouxeira de la aparición de carabelas portuguesas. Esta misma mañana los usuarios de Doniños se sorprendían al ver en el arenal ferrolano hasta cuatro ejemplares de este hidrozoo, que es urticante al igual que la medusa. Desde el Concello informaron que los socorristas detectaron estos días la presencia de carabelas en otras playas ferrolanas, como Marmadeiro, Covas, Santa Comba y Ponzos.
La aparición de los hidrozoos en Valdoviño también se ha repetido en días posteriores. El servicio de salvamento informaba este domingo en sus redes sociales: «Acabamos de sacar 10 de la parte derecha de la playa. Rogamos a los bañistas que no se metan en el agua por su seguridad».
Las carabelas no son una medusa, son un hidrozoo, que tiene filamentos urticantes que pueden llegar a medir hasta 50 metros. El contacto directo con estos filamentos pueden causar lesiones en la piel, por lo que conviene prestar atención en el momento del baño para evitar tocarlos.
¿A qué se debe su presencia en la costa gallega?
Las carabelas son fundamentalmente especies de mar abierto, menos comunes en las costas, y que sobre todo habitan en aguas tropicales y subtropicales, aunque en los últimos años se han dejado ver también en las costas mediterráneas. Hay varios factores que explican su presencia en Galicia.
En primer lugar, los vientos y las corrientes a través de los que se guía la especie. Como explicaba la investigadora Eva Velasco a La Voz, «el debilitamiento del anticiclón de las Azores favorece que el viento sea del sur, lo que hace que el aire sople de mar hacia tierra», lo que ayuda a que las especies lleguen a la costa gallega.
A ello se suma la temperatura del mar. «Las aguas están mucho más cálidas de lo normal tanto en la costa atlántica como en el litoral cantábrico», aclaraba la científica del Instituto Oceanográfico de Vigo sobre esta condición, que crea «un ambiente muy favorable para quedarse».
Además, también influye la falta de depredadores, ya que «solamente las tortugas se alimenta de ellas y su población tampoco es que esté pasando por el mejor momento», reconocía Velasco.
¿Las carabelas son medusas?
Aunque mucha gente lo piensa, en realidad no son medusas, sino que pertenecen a la especie de los cnidarios, y están emparentadas con las anémonas y los corales.
Según explica Eva Velasco, se trata de una especie muy compleja, ya que cada individuo es, en realidad, la suma de millones de microorganismos que se agrupan y adquieren esa forma vistosa. Por encima del agua tienen esa cavidad con forma de flotador, que le permite navegar, y por debajo están «los gastrozoides, que se encargan de la alimentación; los gonozoides, que se ocupan de la reproducción, y los dactilozoides, que son los tentáculos que sirven para cazar y defenderse, los que nos pican», aclara.
Cada tentáculo puede llegar a medir unos 20 metros y contiene más de un millón de células urticantes por centímetro, que se disparan y se clavan en su presa con un simple contacto. «Son como arponazos que se inyectan en la piel con millones de células urticantes», subraya Velasco, que explica que el dolor es mucho mayor que el de una medusa, y que puede llegar a ser mortal en caso de patología previa o alergia.
¿Qué hacer si nos cruzamos con una?
Por supuesto, lo principal es alejarse de la criatura y evitar tocarla. Pero, en caso de que, por cualquier razón, hayamos entrado en contacto con una carabela portuguesa, José Antonio Álvarez, responsable del servicio municipal de Emerxencias de O Grove, explicaba a La Voz cuáles serían los pasos a seguir.
En primer lugar, es importante que nunca se ha de usar agua dulce para limpiar la herida, ya que esta serviría para activar la toxina que inocula la carabela. Tampoco se debe frotar y, como mucho, se podría acercar una bolsa o un paño con hielo.
A continuación, habría que acudir al socorrista de la playa, si es que hay ese servicio. En caso contrario, si las picaduras son pequeñas, se puede utilizar una pinza o una tarjeta de crédito para retirar los filamentos que la carabela haya dejado adheridos a nuestra piel.
Si las picaduras son más graves, el experto recomienda no perder tiempo y acudir cuanto antes al centro de salud más cercano. Allí, en atención primaria, podrán darnos, si fuera preciso, un antihistamínico, corticoides o un calmante si es que persiste el dolor.