El alquiler de una semana de agosto en Valdoviño ya se dispara hasta máximos de 7.400 euros: «Está muy de moda»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida VALDOVIÑO / LA VOZ

VALDOVIÑO

Estampa surfera en la concurrida playa de Pantín, en el verano de Valdoviño.
Estampa surfera en la concurrida playa de Pantín, en el verano de Valdoviño. JOSE PARDO

El alcalde asegura que la población se triplica en verano: «Con días de 12.000 personas en A Frouxeira»

27 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Tan de moda se ha puesto Valdoviño que cotiza a precios de oro. El alquiler de una casa o un piso para el mes de agosto se vuelve cada vez más difícil, pues todo vuela. En pleno noviembre, Booking ya tiene agotadas más del 90 % de las plazas en esta localidad de Ferrolterra. Una semana en este mes en primera línea de la playa de Pantín puede costar hasta 7.400 euros para una familia de cuatro integrantes, como precio máximo. Y para grupos de once personas, el mismo alojamiento puede llegar a los 24.000 euros la semana. Hay propuestas mucho más económicas como apartamentos en Meirás por algo más de 2.000 euros, o incluso pequeñas casitas que si se alquilan ahora cuestan 850 euros. Fuera de estas plataformas, queda algún propietario que sigue ofreciendo casas por 2.000 euros al mes pero el año pasado estas cantidades estaban a 1.600. El alcalde de Valdoviño admite que «este concello está muy de moda, pero también cada vez es más difícil vivir aquí de alquiler todo el año porque los propietarios se enfocan más al turismo».

Para alojamientos de fin de semana en julio y agosto de 2025, si se reservan ahora ya pueden costar 1.200 euros. Al alcalde Alberto González no le sorprende «esta evolución de los precios en alquiler turístico, es un destino de moda y de calidad, la gente llega aquí para disfrutar del deporte, de la gastronomía por su cantidad de restaurantes, del paisaje». Admite que influyen «tanto la diversificación de actividades que hemos logrado como el cambio en el clima, así estamos viendo un crecimiento exponencial».

El bum turístico en Valdoviño provoca «que se triplique la población en verano, o que tengamos días en la playa de A Frouxeira con 12.000 personas (el doble de nuestros vecinos)». Los precios también se disparan porque hay poca oferta hotelera, en cambio se cuenta con 900 plazas para cámpings (entre tiendas y bungalós) y autocaravanas. Muchos vecinos han optado así por transformar su vivienda en un establecimiento hostelero, que se da de alta como actividad económica en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Galicia (Xunta).

Pero semejante fenómeno «dificulta la capacidad municipal para acoger a residentes, ya que los propietarios se orientan más a esa actividad económica turística». Aquí llega un turismo familiar y deportivo, atraído como un imán a su costa salvaje que además goza de numerosos bares y restaurantes. Como indica el regidor, Alberto González, «ese fortalecimiento de servicios en primera línea de playa genera un efecto llamada sobre familias con ganas de disfrutar». Porque ese despliegue hostelero no solo está en A Frouxeira sino también en Pantín, Vilarrube y Meirás.

Varias autocaravanas en el aparcamiento de la playa de A Frouxeira, en Valdoviño
Varias autocaravanas en el aparcamiento de la playa de A Frouxeira, en Valdoviño CÉSAR TOIMIL

Petición de ayuda a la Xunta

Aunque este Concello no se plantea la tasa turística, sí que solicita ayuda a la Xunta «para tener más refuerzo en equipamientos o servicios» durante los meses estivales. «Nosotros como concello ya incrementamos la capacidad de nuestros servicios para esas miles de personas que llegan a mayores, acabamos justo de hacer un contrato de limpieza para reforzar esa temporada de verano; además de contar con más actividades culturales en esas fechas», apunta el regidor. La Deputación ayuda en la limpieza de las playas, «pero nos gustaría tener más facilidades de la Xunta por ejemplo para hacer aparcamientos temporales».

Justo los presupuestos autonómicos incorporan el abastecimiento de agua a Pantín, donde se ha incrementado la segunda vivienda «y es una de las parroquias con más licencias, en Valdoviño cada vez se solicitan más licencias para construir vivienda o rehabilitar». Este bum tiene sus pros y sus contras, como tener que calcular qué carga de personas pueden absorber las playas, «si faltan aparcamientos o transportes públicos, aunque los buses llegan a toda la costa menos a Campelo».

El furor por Valdoviño incluso se da en otoño, donde ya ahora hay chalés y pisos en alquiler por más de 1.000 euros el mes.