Las «Schlindler» de Ribadavia

X. M. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

FIRMAS

Cedida

Las hermanas Touza ocultaban a judíos perseguidos por la Gestapo

04 ene 2012 . Actualizado a las 06:48 h.

En julio del 2005 fallecía en Vigo Antón Patiño Regueira (A Coruña, 1919). Lo hacía pocos meses después de firmar un conjunto de colaboraciones en el desaparecido semanario A Nosa Terra y de editar un libro de memorias con el mismo título que tenía la sección semanal de ANT: Memoria de ferro. La obra del querido y respetado librero que ejerció durante décadas en Vigo sirvió de revulsivo para recuperar muchos episodios históricos, vinculados de forma preferente a sus vivencias en A Coruña y Monforte.

Entre aquel conjunto de sentidas memorias, que lo mantuvo en vilo hasta su destilado en letra de molde, figuraban historias desgarradoras de la Guerra Civil y sus consecuencias: ausencias, marginaciones, muertes, represión... y vivencias nunca contadas que, gracias a Antón Patiño Regueira, contribuyeron a hacer justicia a héroes anónimos o a engrandecer el nombre de luchadoras por la libertad que quisieron pasar desapercibidas, enrocadas en el día a día de la monótona vida cotidiana. Fue el caso de las hermanas Lola, Amparo y Julia Touza y la red dirigida por estas ribadavienses que, hasta que Antón Patiño lo puso blanco sobre negro, en vida regentaban un pequeño quiosco en la estación de ferrocarril de Ribadavia y vivían en la casa del que fuera el antiguo Casino de la capital de O Ribeiro. Patiño mantuvo un estricto pacto de silencio y no dio a conocer la historia en vida de las protagonistas.

Tras la publicación de Memoria de ferro, las queridas, respetadas y afanosas hermanas Touza dejaron de ser las que regentaban la cantina de la estación y ofrecían dulces, bebidas y empanadas a los viajeros para adquirir su verdadera dimensión: la de unas heroínas que desafiaron la dictadura del terror nazi y sus redes de espionaje para crear un entramado de colaboradores que sacaban por Portugal, camino del exilio, a los judíos que llegaban huyendo de las purgas del Holocausto nazi. Huyendo de la Gestapo y por vía ferroviaria, los judíos llegaban a Ribadavia, donde las hermanas Touza los ocultaban en el zulo de su cantina y después pasaban clandestinamente a Portugal gracias a la colaboración de taxistas y barqueros de su máxima confianza.

La publicación de las memorias de Antón Patiño sirvió de detonante para recuperar la figura de las hermanas Touza: homenajes del Concello de Ribadavia y del Centro de Estudios Medievais, propuestas para conseguir su declaración de «Justas entre las naciones» por parte del Estado de Israel y una ardua tarea de recuperación de la memoria histórica que cifra en cerca de medio millar el número de judíos que lograron escapar de una muerte segura gracias a las hermanas Lola, Amparo y Julia y a sus colaboradores.

Proyectos en marcha

Ahora la gesta de las hermanas Touza, bautizadas en reiteradas ocasiones como las Schindler gallegas, va camino de convertirse en material cinematográfico. Varias productoras trabajan en la actualidad en el proyecto de llevar al cine la historia de las hermanas ribadavienses y han mantenido reuniones con sus familiares en Ribadavia y Madrid. Una de las productoras es la liderada por el actor y director ourensano Rubén Riós, quien ayer reconocía que el proyecto está avanzado «máis por prudencia non se pode concretar nada polo de agora. É un proxecto conxunto de varias produtoras galegas, mantivemos reunións coa familia e co portavoz da mesma, Julio Touza, e a idea está bastante avanzada. Será unha ficción e queremos presentar a proposta ás axudas ao audiovisual deste ano, aínda que tal e como están as cousas seguro que se vai retrasar o inicio da rodaxe».