Intentar abrir una cuenta bancaria sin una garantía de ingresos fijos requiere paciencia para recorrer oficinas y comparar requisitos y comisiones; pero además conviene armarse de buenas dosis de autoestima para no acabar con la moral por los suelos y el dinero -aunque no sea mucho- bajo el colchón. Ninguna de las entidades consultadas por la periodista, que se hace pasar por una profesora en paro y sin prestación por desempleo, cuyos ingresos irregulares dependen de esporádicas clases particulares, se niega a hacer la operación. Pero absolutamente todas advierten a la solicitante de los inconvenientes y ninguno hace el más mínimo intento por captarla como clienta.
«A partir de 3.000 euros de saldo medio no cobramos nada, pero con unos ingresos bajos las ventajas no son las mismas», explica un empleado del Banco Pastor a la potencial clienta que acude a la oficina con intención de abrir una cuenta corriente. «Es primeros de mes, estamos muy ocupados hoy, mejor póngase en contacto con un comercial», responde un trabajador del Sabadell a la petición de información de la aspirante a clienta. En un nuevo intento, esta vez en Novagalicia Banco, la empleada pone cara de circunstancias y, tras consultar con un superior, explica: «Sería mejor que nos traigas tu última declaración de la renta o el último justificante de ingresos que tengas, y cuenta con 15 euros semestrales de gastos de mantenimiento».
En el BBVA, la directora de la oficina solicita el certificado de inscripción en el paro. Explica que es necesario un ingreso mínimo de 150 euros para abrir una cuenta, que estará sujeta a 15 euros de comisiones de mantenimiento semestral, más el cobro de todos los servicios.
La solicitante se dirige al Santander, en donde el comercial cifra el importe mínimo para abrir una cuenta en 250 euros, con la carga de 18 euros semestrales de comisión, algo menos que en Banesto, donde el mantenimiento se dispara a 20 euros al mes. «Sin nómina, ni prestación por desempleo... a no ser que te hagas un plan de pensiones con 1.000 euros, así las comisiones se reducen», dice el empleado del Santander. En La Caixa, las cargas son mensuales, 2,5 euros.