La extenista se declara arruinada y culpa a su familia
08 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La mejor deportista española de todos los tiempos se declara arruinada por sus padres, amargada por una infancia de total control familiar y sin relación alguna con sus tres hermanos. Arantxa Sánchez Vicario narra esa pesadilla en Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer» (La Esfera de los Libros). Hoy capitana del equipo español de Copa Federación, por primera vez en su vida se siente libre para decidir qué hacer o decir, recuerda el desprecio de sus padres cuando tomó decisiones por su cuenta y se declara en la ruina.
Fija el inicio de la fractura al retirarse con 30 años, en contra de «la opinión» de sus padres. «Para conquistar mi libertad» colgó la raqueta, tal como recogen varios medios. «Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo», denuncia en el libro.
La multinacional IMG la representó, pero su padre gestionó sus inversiones. Su madre pareció durante años el apoyo imprescindible, pero ahora revela que su tutela fue asfixiante.
Sánchez Vicario cifra en unos «45 millones de euros» los ingresos en su carrera, y denuncia un expolio. «¿Puedo aceptar este abuso y quedarme callada? No voy a hacerlo». Además, arrastra problemas con la Agencia Tributaria por haber fijado su residencia en Andorra entre los años 1989 y 1993.
La triple campeona de Roland Garros relata su evolución, desde una dura estancia interna en una academia alemana en Marbella con trece años, hasta detalles de su intimidad. Se queja del «control implacable» de sus padres, incluso sobre su vida privada y ya pasados los 25 años. Cuenta que su madre terciaba con los organizadores de los torneos pese a no saber hablar inglés, o que su padre se inmiscuía en temas tácticos propios de los entrenadores. Incluso se queja de que se le ignoró en su propia boda. «No tuve arte ni parte», afirma sobre el evento, estando todavía en activo, al que asistieron 600 invitados.
Ayuda psicológica
Su familia creía que cualquier pareja se acercaba a ella por mero interés, según relata. Confiesa que llegó a buscar la ayuda de profesionales de la psicología para recuperar la autoestima. El dinero supone la gran sima que la separa del resto de su familia, sobre todo a medida que avanzó su relación con Pep Santacana, su actual marido.
Según Arantxa, su padre le dio una paga durante años. «Mensualmente me otorgaba una cantidad de la que yo le daba cuenta puntual», escribe en su biografía, según recogen varios medios. Asegura que nadie puede imaginar el daño que sus padres le hicieron hasta bien entrada su etapa adulta, y que soportó con cierta ingenuidad. Las diferencias eran públicas desde hace más de un año -no tanto con su hermano Emilio-, pero ahora trascienden con toda crudeza.