Hubo unanimidad. La trilogía cinematográfica a partir de la ídem literaria de Stieg Larsson pasará a la historia por el registro de Noomi Rapace como la cyberpunk Lisbeth Salander. Realmente convertida ya en un icono (superando a la espléndida Rooney Mara para la reciente versión de David Fincher), dota de sentido dramático a este genuino swedish crime, más todavía con su desenlace en Millennium: la reina en el palacio de las corrientes de aire. Si en lo formal, mantiene las constantes de la anterior entrega por repetir director, el guion gana altura desde la secuencia del juicio. Aunque convertir en imágenes las casi tres mil páginas de Millennium era difícil, las películas tienen autonomía propia y tanto los lectores de las novelas como los amantes del crimen sueco que no hayan leído los libros se darán por satisfechos con casi dos horas y media de cine a ritmo endiablado.