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Un monte que atrae rayos y unas campanas que podían alejar las tormentas

La Voz

FIRMAS

19 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El monte de San Xulián, debido a la abundancia de mineral de hierro, suele atraer los rayos. Se cuenta que un cura de la parroquia, sin duda conocedor de este fenómeno, lo aprovechaba para reforzar la fe de sus feligreses. Cuando veía acercarse una tormenta decía: «Hai que tocar as campás para que a leve ao monte». Y efectivamente, los vecinos podían ver cómo los rayos caían sobre el monte poco después de los toques de campana.

Los vecinos de la parroquia recuerdan también antiguas historias sobre las supuestas riquezas que encerraba el monte. Una de ellas asegura que un grupo de hombres fue una vez con herramientas para buscar un tesoro que se creía estaba oculto bajo la Pena da Moura. Cuando empezaban a mover la tierra, un gran fuego brotó del peñasco y los obligó a huir.

Un suelo fértil

El suelo del monte, seguramente a causa de la presencia del hierro, es especialmente fértil y se empleó antaño para cultivar patatas -muy apreciadas- y sobre todo centeno. Los vecinos recuerdan a este respecto que en cierto momento vinieron los «alemanes» -quizá los mismos que explotaron las minas de Freixo y otros yacimientos gallegos en las primeras décadas del siglo pasado- y por iniciativa de ellos se sembró todo el monte con centeno. No para aprovechar el cereal, sino el dentón o cornezuelo que crecía en las espigas, con el fin de destinarlo a usos farmacéuticos. Este hongo parásito (Claviceps purpurea), que provocó muchas intoxicaciones mortales, se ha empleado en mediciona para acelerar partos, inducir abortos y detener hemorragias uterinas.