El Dios Momo se evaporó en la Plaza de Compostela

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Un domador de dinosaurios y un caballero reciclado con 10.000 anillas de latas ganaron el concurso de disfraces

22 feb 2012 . Actualizado a las 13:31 h.

Daniel, un niño domador de dinosaurios, y Eliseo, un caballero reciclado con diez mil anillas de latas de refresco ganaron ayer en la categoría individual el concurso de disfraces que se celebró en la Plaza de Compostela. El jurado premió la originalidad en un certamen en el que participaron más de 250 personas y donde repartieron más de 1.000 euros en premios. Estuvo compuesto por la edila de Cultura, Isaura Abelairas, el técnico de festejos José Ángel Hermida y Angélica Sío y Juan Carlos Padín, como representantes de las agrupaciones culturales y deportivas y la federación de peñas El Olivo.

El Dios Momo calentó el ambiente previamente tras hacer una llegada triunfal que marcó sus últimos minutos de vida.

Centenares de personas le estaban esperando, cada cual vestida de la manera más pintoresca.

Escoltado por su corte de guerreros y plañideras, eclipsando a los reyes del entroido que también le acompañaban, protagonizó un besamanos invitando a acercarse a sus súbditos más carnavalescos. Hasta las autoridades municipales se rindieron ante el alma máter del carnaval. Isaura Abelairas, se postró irremediablemente ante él, porque durante estos días de carnaval es quien impone las reglas de comportamiento ciudadano. «Disfrutad de la vida, olvidaos de la hipoteca y entregaos al pecado», afirmó cuando se dirigió a su colorida masa de seguidores. Brujas, payasos, soldados, astronautas, hadas, osos o piratas formaban parte de una fauna de los más diversa. Empezaba ya a cansársele la mano de tanto besuqueo, cuando de repente se sintió indispuesto y sufrió un desmayo. Al final, el Dios Momo acabó desapareciendo entre toda su corte de fieles, que abandonó el escenario con mucho dolor y para asombro de todos. Pero el ambiente festivo no decayó y dio paso al concurso de disfraces en el que hubo más niños disfrazados que adultos. Mientras tanto, en O Porriño, las pescantinas decidieron disfrazarse ayer para atender a sus clientes para animar las ventas.