«No hay el menor convenio y yo no he firmado nada», fue la respuesta de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ante la declaración de Iñaki Urdangarin que la relaciona, a ella y al expresidente valenciano Francisco Camps, con la decisión de encargar a Nóos la organización de los foros Valencia Summit. Barberá argumentó que la adjudicación fue aprobada por el Valencia Convention Bureau, una fundación «de derecho privado, carácter propio e independiente» del Ayuntamiento de Valencia, que tiene una participación en ella del 33 %, y de la que forman parte patronos privados en representación de la sociedad valenciana.
La alcaldesa argumentó: «He comido con el señor Urdangarin en un restaurante, como recibo y veo y escucho a cientos de personas que traen iniciativas, y unas se hacen y otras no». No negó -«es que ni me acuerdo», dijo- que Juan Antonio Samaranch la pusiera en contacto con Urdangarin para la celebración del Valencia Summit, pero admitió que el expresidente del Comité Olímpico Internacional «nos ayudó muchísimas veces» en relación con la celebración de importantes actos deportivos en la ciudad.
La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, salió en defensa de la alcaldesa. «No hay nada nuevo» en la declaración de Urdangarin, ni nada que haga pensar en que haya algo sancionable en las decisiones de Rita Barberá. No opinan lo mismo los partidos de la oposición en la Comunidad Valenciana. El PSOE y Esquerra Unida instaron tanto a Barberá como a Camps a dar explicaciones sobre sus relaciones con Nóos y reclamaron la entrega de toda la documentación relacionada.