Los vecinos del barrio chantadino de O Convento ya no saben qué hacer para convencer a las cigüeñas de que no aniden en su iglesia. Lo último pueden verlo en la foto. Se trata de un espantapájaros, sí, pero no uno cualquiera. Es un espantapájaros con sotana. A cierta distancia, parece un cura suspendido por encima del tejado de la iglesia. El muñeco, hecho con una sotana vieja y un globo blanco como cabeza, está enganchado a una caña de varios metros. A la gente le llama mucho la atención. A las cigüeñas no tanto. «Os primeiros días aínda se asustaban, pero xa volven andar carretando», explica uno de los vecinos.
El día que desmontaron el nido colocaron unas cintas doradas en el campanario. En vista de que los pájaros no hacían ni caso y empezaban a traer ramas para reconstruir el nido, probaron colgando una chaqueta marrón. Después encontraron una sotana vieja y raída dentro de la iglesia y se les ocurrió que podía ser buena idea, porque es más oscura y porque al estar rota se mueve mucho con el viento. Pero el «cura volador» tampoco parece haber funcionado. Mientras se les ocurre algo mejor, los vecinos siguen subiendo a diario para retirar las ramas.