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Un clan de Penamoa se instala también en el edificio de A Moura

A. Mahía A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

CÉSAR QUIAN

Los okupas intentaron sin éxito evitar la entrada de la familia de la Tomates

08 abr 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

El clan de la Tomates, una mujer de 65 años varias veces condenada por trafico de droga y vecina de Penamoa de toda la vida, se ha instalado en el edificio de A Moura y está dispuesta a quedarse. No lo tuvo nada fácil. Los jóvenes okupas que residen desde hace casi dos meses en el inmueble recién construido intentaron por todos los medios evitar el asalto. Para ello blindaron las puertas con material de obra y llamaron incluso a la policía, que se presentó en el lugar para advertir a la familia de etnia gitana que no podía instalarse ahí. No sirvió de nada. A las pocas horas regresaron, ocupando el ala opuesta a la que están los jóvenes. De hecho, la Tomates pasó las dos últimas noches en uno de las viviendas junto a su esposo, su hija y su hijo deficiente.

Esta familia, una de las más populares en el asentamiento de Penamoa, llevaba dos meses vagando de un sitio a otro, sin vivienda y con el único techo que le proporcionaba una furgoneta. La misma furgoneta que fue obligada a marcharse varias veces de los restos del poblado una vez que el clan fue desahuciado.

La hija de la matriarca defendía ayer sus derechos a pie de su nuevo hogar. Explicaba así cómo terminaron en este edificio de reciente construcción y abandonado a su suerte por la promotora una vez que entró en concurso de acreedores hace ahora dos años: «Nos echaron de Penamoa sin darnos un piso en el que vivir. En algún sitio tenemos que hacerlo».

Afectados

El sitio escogido ya estaba habitado antes de su llegada por un grupo de jóvenes próximos a colectivos okupas que, como ellos, tampoco están dispuestos a marcharse. Contra las súplicas de las más de 50 familias que tienen apalabrado un piso en esta promoción. Dieron una entrada y en marzo del 2010, cuando faltaban apenas dos meses para que les entregaran las llaves, el grupo Teconsa y su filial Proimsa entraban en concurso de acreedores y el edificio fue abandonado cuando solo le faltaban pequeños detalles. Desde entonces, los afectados no han hecho más que buscar una solución, tanto con la promotora como con Caja España, la entidad que es responsable en estos momentos de las viviendas. Ahora temen que a estos okupas se sumen otros.

Tanto Proinsa como Caja España pusieron la correspondiente denuncia, solicitando el desahucio de los ocupantes. En el juzgado fueron informados de que estos trámites se han agilizado, que ya no es como antes, que había que esperar incluso años. Les prometieron que la orden de desalojo podría llegar incluso antes de junio.

Pese a todo, los compradores no se fían. Dicen que llevan mucho tiempo esperando «y todo parece que va a peor». A los okupas que entraron hace dos meses se suma ahora el clan de la Tomates. Temen que a esta mujer le sigan ahora otros ex residentes en el poblado chabolista. Por eso exigen a las autoridades que agilicen los trámites para el desalojo «antes de que todo vaya mucho a peor».

Mientras, los jóvenes que llevan tiempo en el edificio insisten en que no piensan quedarse el resto de sus días en unos pisos que saben que no les pertenecen: «Las viviendas son de los compradores, no nuestras».

A los doce jóvenes okupas se unieron esta semana 4 miembros de una familia

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Personas residen en A Moura