
El concesionario pasó de vender 800 coches en el 2007 a 69 el año pasado
14 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La crisis se llevará en dos meses por delante el histórico concesionario y servicio técnico de la Citroën en General Sanjurjo. En concurso de acreedores desde junio, la firma ha decidido echar el cierre tras acumular tres ejercicios con más de 600.000 euros de pérdidas por año y la imposibilidad de obtener crédito y liquidez suficiente tras una inversión de más de dos millones de euros para reformar el taller, que dejará de atender a los clientes el próximo lunes.
La clausura supondrá la pérdida del empleo para los 25 trabajadores que siguen en la firma, que llegó a tener 56. Cuatro de ellos se quedarán para atender la liquidación de existencias y rematar la venta de los coches, repuestos y la maquinaria existentes en las instalaciones, un proceso que los propietarios calculan durará hasta junio-julio.
El edificio, de cinco alturas, 1.500 metros cuadrados y fachada a la avenida de General Sanjurjo, la ronda de Outeiro y la calle Pose, está ya a la venta. Los propietarios han solicitado que se modifique la calificación prevista en el documento inicial del nuevo plan general de ordenación municipal, ya que hasta ahora no contaba con protección alguna y el Ayuntamiento lo incluyó en el catálogo de inmuebles industriales con protección estructural, lo que impediría que se desmantelase ninguno de sus elementos singulares, tanto la fachada como del interior. El gobierno municipal confirmó ayer que está estudiando rebajar el grado, y limitar la protección a ambiental, que solo obligaría a respetar la fachada y la estructura.
«La crisis», resume Luis Rodríguez Ares, nieto del fundador, Luis Rodríguez Amado, y propietario con su padre y su hermano de la empresa, sobre la causa última del cierre de una firma asentada en la misma esquina desde el año 62 y comercializadora de Citroën desde 1968, marca para la que desde 1981 ha despachado más de 16.000 vehículos. Rodríguez Ares aporta un dato más que explicativo: «En el 2007 vendimos más de 800 coches; en el 2011, 69».
Por el inmueble, que es propiedad de la familia Rodríguez Amado (el padre y los tíos de Ares), ya se han interesado distintos intermediarios, aunque «no hay nada firmado», asegura Rodríguez Ares. Antes de la llegada de la crisis, recibieron ofertas muy jugosas por el edificio, que fue pretendido por una cadena hotelera, una residencia de la tercera edad y por una cadena de alimentación, entre otros. «En el 2004 nos daban 21 millones y nunca quisimos vender; ahora lo vendemos por necesidad, hemos llegado al límite, nos lo hemos jugado todo y lo hemos perdido», lamenta.
En el 2004 recibieron una oferta de compra del edificio por 21 millones
21
Millones de euros