Para cantar, mejor acompañado

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

CAPOTILLO

Una banda en vivo pone la música en el karaoke de un local de Bueu

20 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

TIEMPO DE VERANO

Solo o en grupo. Lo importante en El Camerino, en Bueu, es vencer la vergüenza y subir al escenario. No hace falta tener la mejor voz, un poco de desparpajo y ganas de pasar un buen rato bastan. El ritmo lo pone una banda en vivo que arropa a los valientes que se quieran sentir, por unos minutos, cantantes de rock. En un segundo plano, el grupo de músicos se encarga -como hacen todos los grandes- de camuflar los pequeños lapsus melódicos de los solistas amateurs y hacerlos sentir cómodos ante las miradas de una terraza entregada con las actuaciones.

Pese al soporte que supone tener una banda en vivo detrás, como en todos los karaokes, el reto es romper el hielo. La intrépida que se lanzó al ruedo el primer día fue Pili Álvarez, una camarera de la localidad que dejó a un lado la timidez para cantar Loca, de Luz Casal. «Te sientes artista por cinco minutos. Es muy emocionante cantar con una banda en directo, no se parece en nada a hacerlo con la musiquilla típica de los karaokes», comentaba la vecina de Bueu poco después de bajarse del escenario. Con los nervios todavía a flor de piel, canalizados en forma de sobreexcitación, le costaba explicar lo gratificante que le había resultado la experiencia: «Yo en realidad soy tímida, pero cuando una cosa te gusta y disfrutas, no sé, sacas el duende que llevas dentro». Tanto fue así que repitió en dos ocasiones a lo largo de la noche, una en solitario y otra con una pareja de hermanos (Héctor y Hugo, de 8 y 10 años), un dueto que no reparó en subirse en varias ocasiones al escenario con clásicos de Tequila o de Fito, para sorpresa de muchos de los presentes.

Y es que en la Cara B del local buenense, hay cabida para pequeñas y grandes joyas musicales. Aunque, lo cierto es que la mayoría no llegó a brillar y prefirió ver los toros desde una terraza en la que las sillas se quedaban cortas, pese a los esfuerzos de Íñigo García, vocalista de la banda, por arrancar a la gente de sus asientos.

El bilbaíno, miembro del musical madrileño The Hole, tira de talento y carisma para amenizar la velada entre actuaciones. Además de ejercer como cantante, Íñigo interactúa con el público, al que reta para elegir una tema y subir al escenario.

Un menú bilingüe

El menú musical, de unas veinte canciones en español y otras tantas en inglés, es apto para todos los públicos. Los asistentes se debaten entre Sabina, Rosendo, Bob Marley, AC/DC o Queen. Si bien es cierto que las letras en inglés son coreadas cuando las canta Íñigo, rara vez se interpretan en el karaoke.

«No es necesario cantar muy bien. Hay algunos que les sale de forma natural, como en la ducha, y saben cuando parar y cuando empezar, mientras que hay otros que cantan muy mal pero tienen desparpajo y la gente lo agradece mucho», apunta Santiago Muñoz, batería de la banda. El aplauso está asegurado en El Camerino, al menos hasta mañana a medianoche; entonces, como diría Íñigo en su cuenta atrás, se habrá acabado el tiempo, al menos hasta el próximo año.