
Una nueva tesis del historiador Xosé C. Breixo sostiene que se encuentran en el convento franciscano de Viveiro y no en Mondoñedo
29 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Pedro Pardo de Cela, el mariscal Pardo de Cela, es una de las figuras mitificadas más importantes de la Historia de Galicia. Se daba, se da, por hecho que sus restos se hallan en la catedral de Mondoñedo; más, desde que el 16 de marzo de 1965 durante unas obras en la catedral mindoniense quedó al descubierto una sepultura con el escudo de arma del mariscal y con la inscripción: «Pardo de Cela, arno de Viveiro». Al parecer, una vez levantada la lápida aparecieron los restos que corresponderían al mariscal.
Lo único que se sabía hasta entonces era lo que testimonia un documento, «Relazón da carta executoria», hallado en el Pazo de los Taboi, en Outeiro de Rei, donde se señala que al mariscal Pardo de Cela lo sepultaron «xunto ao púlpito do Evanxeo, onda a porta da capela mor da catedral de Mondoñedo, con grande autoridade. Degolaron xunto a el ao seu fillo Pedro de Miranda».
Sin embargo, no está nada claro para los historiadores el destino final del cuerpo del mítico mariscal, Pardo de Cela. Xosé Carlos Breixo, también historiador y reconocido genealogista, mantiene que el cuerpo de Pardo de Cela fue trasladado al monasterio franciscano de Viveiro, donde estaba sepultado su bisabuelo. «Así o dispón claramente o propio Pardo de Cela nas cláusulas do seu testamento», explica Xosé C. Breixo. Ese será el tema de su exposición el miércoles en las Xornadas de Historia Local que organiza la asociación A Pomba do Arco en Foz. También hará un recorrido por los parientes del mariscal, por sus posesiones territoriales y por la traición de los Ribadeneira, según explican desde la propia asociación focense.
Pedro Pardo de Cela se casó con Isabel Castro, hija del primer conde de Lemos y sobrina del entonces obispo de Mondoñedo. En 1445 se traslada a Viveiro, donde llega a ser alcalde; en 1474 logró el título de mariscal. Compra la Casa do Carballo de Galdo. En 1476 es destituido de la alcaldía y en el 78 expulsado de Viveiro, llega a A Frouxeira. El mariscal es el símbolo de la resistencia de la nobleza gallega frente a la castellana.
El 7 de diciembre de 1483 es detenido en Castrodouro y trasladado a Mondoñedo, donde diez días después fue decapitado ante la catedral. Es conocida la leyenda «da Ponte do Pasatempo», según la cual su mujer traía por escrito el perdón de los Reyes Católicos pero fue entretenida en ese puente por gentes del obispo mindoniense para que no llegase a tiempo y Pardo de Cela fuese así ejecutado, como de hecho sucedió.
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