Informalismo matérico

JERÓNIMO MARTEL OURENSE

FIRMAS

Guillermo Pedrosa, en el Centro Cultural de la Diputación

30 jul 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En el Centro Cultural Marcos Valcárcel de la Diputación de Ourense y hasta el 12 de agosto, expone una pintura sui géneris bajo el título específicamente descriptivo «Envolturas perimetrais» («Envolturas perimetrales») el artista multidisciplinar autodidacta Guillermo Pedrosa (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra, 1958, con domicilio en Vilagarcía de Arousa). Su pintura pasó, a lo largo de su evolución, de la figuración al expresionismo y de este al informalismo; y, por otra parte, llega así de algún modo a confundirse con la escultura, por la vía de la tridimensionalidad. En mi opinión, milita en el informalismo matérico, también llamado -como es bien sabido- abstracción lírica. Ya en el año 2001 lo clasificó literalmente en la abstracción lírica el conocido crítico de arte Camilo Franco, en relación con su exposición individual de esa fecha en la Sala de Exposicións de la Casa da Cultura de Vilagarcía de Arousa.

Por otra parte, el informalismo matérico de este artista vilagarciano está connotado por un equilibrio entre la materia y el orden de la geometría, en la original línea del gran pintor italiano perugino Alberto Burri (1915-1995), que por ejemplo tanto influyó en los pintores españoles Tàpies y Miralles. En el año 2006, por cierto, el Museo Nacional español Reina Sofía le dedicó a ese maestro una espléndida exposición individual. A propósito en fin de la geometría, cabe decir aquí y ahora cómo los títulos de las obras de esta muestra de Guillermo abundan en ella.

Una amplia muestra

Valgan, así, al respecto varios ejemplos: «Elevación na diagonal», «Inserción triangular», «Confrontación de volumen», «Pegada cadrangular», «Fragmentación curvatural», «Ondulación serpenteante», «Configuración atramallada», «Formación convexa con suxección endeble», «Interrelación triangular«, «Ondulante», «Convivencia de formas curvo-rectas, en equilibrio ao centro do espacio», «Variación de formas en altimetría», y, por último, «Introspección elíptica».

Una de las piezas de la muestra se titula «A fenda a ningures»; título que, según interpreto personalmente, podría traducirse del gallego al castellano como ?La hendidura en ningún lugar?. Pues bien, justo ese título sirve también precisamente de título derivado al clarificador texto del catálogo de la exposición firmado por la crítica de arte Mercedes Rozas. Esta ahonda en la pintura de Pedrosa, sobre tres puntos decisivos e interrelacionados. Uno es su relación con el constructivismo ?a mí, personalmente, puestos a seguir esa pista, me recuerda los famosos «relieves pictóricos» de 1914 del constructivista ruso Vladimir Tatlin-. Otro, es su relación con el arte povera («arte pobre», en referencia al correspondiente grupo artístico italiano). Así, en este segundo sentido, Mercedes señala una «arqueoloxía de residuos atopados» ?concretamente, en la costa del Salnés-. Y por último un tercer y definitivo tercer punto está constituido por esa «Fenda a ningures» del no lugar de espacio negativo.

Alquimista do baleiro

La abstracción de Guillermo Pedrosa se acomoda de estos modos ya referidos a la triple graduación de la abstracción formal que reconoce la filosofía, en Aristóteles (384-322 a. C.) y Santo Tomás de Aquino (1224-1274). El primer grado ?de la abstracción física- responde al recorte de la expresión material individualizada; el segundo ?de la abstracción matemática en este caso concretada singularmente en la geometría- corresponde al recorte de la expresión material sensible reflejando solo su cantidad (y en este caso la conformación del volumen); y el tercero, en suma, abarca todas las posibilidades de la realidad justo salvándola de la nada. Pues bien, ahí estamos en ese no-lugar, antes referido. Otro excelente y también agudo crítico de arte, Carlos Crespo, llamó hace ya años a Pedrosa «alquimista do baleiro», invocando al efecto «el vacío como concepto absoluto».