París «humaniza» sus calles con granito gris de O Porriño

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera O PORRIÑO / LA VOZ

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Grupimar suministra al ayuntamiento para pavimentar calles y el tranvía

03 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los paseantes de las románticas calles de París pisan sobre seguro. Gran parte del nuevo empedrado de la ciudad procede de O Porriño. La empresa Grupimar, perteneciente al grupo Marcelino Martínez, es la suministradora de parte del pavimento por el que caminan los parisinos y los millones de turistas de la capital gala. Gris cadalso. Este, aparentemente fúnebre, es el nombre que recibe la variedad de granito que ha vendido la empresa porriñesa a la administración de la capital parisina. En realidad el nombre no corresponde a que esta piedra sea especialmente apta para tumbas sino al lugar de extracción, Cadalso de los Vidrios, en Madrid, donde el grupo Marcelino Martínez dispone de una de sus canteras. Este tipo de granito se ha impuesto a otros como el gris Mondariz o incluso el granito blanco París.

A lo largo de los últimos años la compañía Grupimar ha suministrado importantes cantidades de granito para renovar las aceras y el pavimento de la Ciudad de las Luces.

Contrato

Grupimar registró una notables ventas en España con motivo de las obras del plan E pero París no ha sido ajeno a la fiebre de renovación de aceras que sacudió España. El último contrato suscrito por la empresa porriñesa de piedra con la ciudad de París asciende a 3,9 millones de euros a ejecutar durante los próximos cuatro años. El Ayuntamiento de París recurre al granito procedente de O Porriño tanto para el firme de las calles como para el sustrato de los raíles que sustentan al servicio público del tranvía. Históricamente un gran número de tranvías circulaban en París antes de que se construyese el metro. A lo largo de su historia, la red ha sido explotada por diferentes compañías, de las cuales destacó por número de kilómetros y líneas la Compañía General de Ómnibus, que usó diferentes tecnologías para la propulsión de los tranvías. Al principio se usaron caballos, más tarde tracción a vapor y después aire comprimido hasta que al final se electrificó la red procurando evitar la instalación de catenarias, consideradas antiestéticas.

Como sucedió en Vigo, la red de tranvías parisina fue desmantelada al interpretarse que obstaculizaba el desarrollo del automóvil. En 1957 se levantaron los últimos raíles. Pero en la capital francesa escarmentaron. Mientras que en Vigo se sigue esperando por la recuperación del tranvía o metro ligero, en la capital gala, a partir de 1992, empezó a funcionar una nueva red de tranvías. Hay cuatro grandes líneas de tranvía en servicio y está previsto ampliar las instalaciones durante los próximos años para comunicar mejor los suburbios y el área metropolitana con el corazón de la ciudad. Sin duda, constituye un buen augurio para el grupo granitero con sede en O Porriño ya que si las autoridades franceses quieren mantener la misma estética recurrirán a idéntico tipo de piedra para llevar a cabo las futuras ampliaciones del tranvía. En muchos sitios de París la piedra se oculta con una cama de césped con lo que los vagones parecen discurrir por medio de un prado.