Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Un brindis de albariño con Lagar de Costa

maría herbón

FIRMAS

08 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La bodega Dolores Fontán ha conseguido retomar el reconocimiento obtenido hace tres años en el certamen del Albariño. Aunque en este caso ha obtenido un puesto más modesto -el tercero- la familia Costa-Fontán se muestra más que satisfecha con el galardón que Luis Aragunde les entregó en el pazo de Torrado.

Bajo la marca Lagar de Costa, los hijos de Dolores, Manuel y Sonia, continúan con la actividad de esta bodega que, situada en el número 8 de Sartaxe, en Castrelo, comenzaba hace algo más de cuarenta años, ganándose a pulso el prestigio y reconocimiento nacional e internacional con sus vinos, contando este con la denominación de origen Rías Baixas. «Este premio significa moito. É moi difícil estar entre os tres primeiros premios porque se presentan máis albariños que a outros certames», comenta Sonia Costa, hija de la propietaria. En el año 2009 también consiguieron clasificarse en el Albariño y no precisamente con un tercer puesto, sino obteniendo el primer lugar por su cosecha del 2008. «Cada un sempre defende o seu e sempre vai dicir que o seu viño é o mellor e que ten as mellores viñas». Y, ciertamente, en este caso la particularidad de sus caldos reside en la ubicación de los viñedos. Además de la mineralidad que aporta el suelo se encuentra la salinidad que añade el mar. «Non é o mesmo estar a 400 metros do mar que a cinco kilómetros», manifiesta Sonia. «Gracias á situación, o noso viño é fresco, cunha acidez típica da zona».

Nuevas salidas

La familia toma el reconocimiento como una oportunidad de promoción en el mercado gallego. «As bodegas pequenas tampouco se poden permitir pagar grandes campañas publicitarias. Cando quedamos de primeiros as ventas foron ben. Este ano nótase a situación porque o viño non é un artigo de primeira necesidade, é un artigo de luxo. Pero cos premios a xente sempre está interesada en probar os viños». A pesar de la que está cayendo, esta bodega mira al futuro con buena cara, ya que exporta más de la mitad de su producción al extranjero, sin limitarse a territorio nacional. «O mundo é grande e noutros sitios a crise nótase, pero non con tanta forza», argumentan. Es también en este punto en el que se abren nuevas vías de esperanza para el sector vitivinícola. Además de cultivar y elaborar sus caldos, la bodega Fontán abrió hace apenas dos años un hotel familiar de turismo etnológico, lo que constituye uno de sus retos más inmediatos.