
Cada vez son más las personas que plasman en su piel retratos de familiares, aunque predomina el estilo chicano
23 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Pocos se arriesgan en estos tiempos a reflejar en su piel un corazón traspasado por una flecha con las iniciales de su amor. Lo constatan los expertos en tatuajes de la ciudad. «Cada vez se hacen menos porque, sobre todo, la gente joven se da cuenta de que las relaciones duran poco», explica Nortes, especialista del centro Costa Oeste. Como ejemplo ahí está la traumática experiencia de Johnny Depp con su famoso Winona Forever.
En su lugar, suelen optar por motivos más sutiles y genéricos como estrellas, lunas, soles, flores o peces. Aunque tengan que ver con una afinidad sentimental, la relación es más solapada. La ventaja es que, a diferencia de los tatuajes anteriores, si el amor es fugaz no hay necesidad de eliminar la contraseña. De lo contrario, el dibujo tendría que camuflarse con la superposición de otro tatuaje o suprimirlo con láser.
Una de las novedades que empiezan a extenderse por Vigo es la de grabar en la piel retratos de familiares: hijos, nietos... Y mucha pin up, las típicas chicas de los años cincuenta, según comenta Nortes. Se acabaron los tiempos de los diseños chinos. En general, los chicos optan por detalles mas contundentes como calaveras, mientras que las chicas se decantan por chuches y detalles insinuantes, aunque pierde posiciones el conejito de Playboy. Y eso que cada vez son más atrevidas y han pasado de pequeños tatuajes camuflados a otros más grandes en la espalda. De hecho, los cambios sociales han provocado que los grabados sean cada vez más visibles y se impriman en lugares como los antebrazos.
También ha cambiado con el tiempo el tipo de gente que recurre a los tatuajes. Si bien hace años se relacionaban con el ambiente marginal, en la actualidad se han dejado de lado los prejuicios y recurren a ellos profesiones tan dispares como abogados, médicos, músicos o mecánicos de todas las edades. «He tatuado una rosa a un señor de más de 70 años», añade Nortes, quien lleva desde 1996 plasmando los sueños de los vigueses.
Jorge, de Loco Destino, destaca la evolución experimentada por esta profesión al pasar de ser un oficio a una disciplina más artística en la que han evolucionado tanto la técnica como los materiales. «Antes se hacían cuatro cositas y se perdía el tono negro, no aguantaba; ahora arreglamos muchos trabajos de los años noventa y el tatuaje envejece con la piel», dice este experto. Si algo advierte en sus clientes actuales es que tienen mucha más información que antes y saben muy bien lo que quieren.
Además del estilo chicano y el tradicional japonés, la demanda está en función de los acontecimientos. «Si sube el Celta aumentan los escudos del equipo y si actúa un grupo de música en la ciudad se lo tatúan; lo que más se demanda es el old school». Coincide con su colega en que ha cambiado el concepto de tatuaje marginal: «Si llevas un buen brazo tatuado necesitas un nivel adquisitivo, te puedes haber gastado mil euros». Los piercing, dice, están de capa caída.