El centro abrirá una exposición sobre la ciudad en 1842
28 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La historia de Lugo no sería lo mismo sin el instituto Lucus Augusti, popularmente conocido como Masculino. El 30 de noviembre cumplirá 170 años de historia y en sus muros, en sus libros, en sus fondos y en sus entrañas se encuentran los sueños y tragedias de la época moderna. El catedrático de Historia Antonio Prado es un verdadero especialista en las memorias del centro y, por extensión, de la ciudad y de la provincia. Precisamente con motivo de este aniversario publicará un libro sobre la historia del instituto desde 1842 a 1975 y la biografía de algunos profesores ilustres. El centro, además, abrirá una exposición el 30 sobre Lugo en 1842.
Pero para comprender la importancia que tiene el Lucus Augusti hay que remontarse al siglo XIX. Era el 30 de noviembre de 1842 cuando abría sus puertas el instituto provincial de Lugo, convirtiéndose en el primero que nacía en Galicia y en uno de los diez primeros de España. Su ubicación no era la actual, pues se instaló en el seminario conciliar, de los Franciscanos, en la Praza Maior, así que los escolares del instituto convivían con quienes se estaban preparando para convertirse en sacerdotes.
Una revolución cultural
La presencia de este centro en la ciudad supuso una auténtica revolución cultural y un foco de atracción para intelectuales: «Cada época educativa responde a un momento histórico concreto, e ás leis educativas do momento, pero polo menos ata a Guerra Civil, os institutos provinciais son as institucións educativas máis importantes da provincia, polo que os catedráticos dos institutos son referentes intelectuais. Os profesores están implicados nas actividades culturais da cidade e aquí fixéronse os primeiros cursos de primavera, sendo catedrático de Historia deste instituto Antonio Fraguas», explica Antonio Prado.
Pero, ¿por qué se abrió en Lugo el primer instituto de Galicia? Los motivos, como ocurre siempre en Historia, son varios. Prado destaca, por un lado, la presencia en Lugo, en el momento «justo», de la Sociedad Económica de Amigos del País de Lugo, un grupo de ilustrados que se creó en 1784, desaparecieron y volvieron en 1834 y en 1841. En esta tercera etapa de vitalidad impulsan la creación de un instituto. Al mismo tiempo, continúa Prado, hay en Lugo un grupo progresista activo, en el que están, entre otros, Arias de la Torre, Anselmo Rodríguez o Magín Pla. «Son burgueses que queren para os seus fillos unha educación diferenciada da primaria», explica Prado.
El marqués de Rodil intercedió
Por otro lado, es fundamental la labor de la Diputación de Lugo, tutora del instituto hasta 1887, pues los diputados progresistas apoyaron la creación del instituto. Y otro factor determinante fue que el jefe del Consejo de Ministros por aquel entonces era lucense, José Ramón Rodil, de Castroverde, conocido como el marqués de Rodil. «O rexente, o xeneral Espartero, era amigo de Rodil, polo que puido mediar para que o instituto se crease en Lugo», continúa Prado.
«Ata a Guerra Civil, os institutos son as institucións educativas máis importantes da provincia»
Antonio Prado