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Cómo ser feliz con menos

La Voz

FIRMAS

El consumo de platos precocinados se reduce con la crisis, pero se recupera una dieta rica en productos sanos y económicos, como el pan
El consumo de platos precocinados se reduce con la crisis, pero se recupera una dieta rica en productos sanos y económicos, como el pan CÉSAR QUIAN

Algunas consecuencias positivas de la crisis económica en la que estamos inmersos son las siguientes (¡aunque se pueden encontrar más!):

31 oct 2012 . Actualizado a las 11:32 h.

n FRENO AL CONSUMISMO DESENFRENADO. Después de unos años de locura consumista, se vuelve a hablar de la importancia de ahorrar y de educar a los niños para que sepan valorar el dinero. El nivel de despilfarro disminuye y recuperamos cierto autocontrol.

n MENOS ESTRÉS, MÁS TIEMPO LIBRE. ¿Te sientes mal porque no puedes pagar las clases de tenis a tu hijo? Pues puede que sea una buena noticia. Está demostrado que los niños necesitan, por encima de todo, tiempo no estructurado para jugar, para dar rienda suelta a su imaginación y también para relajarse.

n SIEMPRE HAY ALTERNATIVAS... Y QUIZÁ MEJORES. En condiciones adversas, somos más creativos. Quizá haya que dejar de ir a la clase de yudo pero se pueden buscar alternativas gratuitas que ofrecen las entidades públicas, organizarse con los vecinos...

n EL VALOR DE LAS COSAS: Los tiempos de crisis enseñan a distinguir lo superficial de lo esencial. El iPod, el viaje de fin de curso o el teléfono móvil de última generación no son verdaderas necesidades. Sin embargo, el alimento, la educación o los lazos afectivos y familiares sí son esenciales.

n DECISIONES RESPONSABLES. Esta crisis que estamos sufriendo permite a los niños comprender el valor del esfuerzo y de los pequeños gestos (apagando la luces, renunciando a objetos superfluos,...). Los hijos pueden aportar grandes ideas a la hora de planear una economía familiar más ajustada: dónde ahorrar, qué cosas son prioritarias...

n LA SOLIDARIDAD, la ayuda a los más desfavorecidos y las acciones altruistas también forman parte de la corriente positiva de los tiempos de crisis.

n EL RECICLAJE, el ahorro de energía o la disminución de la basura que generamos son algunas acciones que aumentan nuestro respeto por el medio ambiente.

n MÁS TIEMPO JUNTOS. Menos tiempo en el trabajo significa más tiempo para pasarlo con los hijos y reconectar con ellos. A pesar de las dificultades económicas, los padres van a seguir protegiendo y cuidando a sus hijos. Eso es lo importante. El resto irá mejorando poco a poco.

n COMIDA MÁS SANA. La necesidad de ahorrar obliga a las familias a comer menos en la calle y a recurrir con menor frecuencia a los precocinados. Se recuperan productos básicos de la famosa dieta mediterránea (legumbres, verduras, frutas, pasta...) que además de económicos resultan más sanos.

n MENOS TIEMPO DELANTE DE LAS PANTALLAS. Muchas familias se están despidiendo de la televisión por cable, de las videoconsolas, de la Wii... y recurren a otras alternativas para distraerse como el parchís, el escondite o los paseos en bicicleta. ¡Y descubren que es muy divertido!

n LAZOS MÁS ESTRECHOS. Para la mayoría de las familias que están pasando por apuros económicos esta situación ha significado estrechar los lazos familiares. Los abuelos, tíos y primos han acudido al rescate de muchas parejas con problemas. Y para los que no han tenido que ser rescatados, ha sido la oportunidad de mostrarse solidarios con los demás.

n CELEBRACIONES SIN EXCESOS. Las fiestas de cumpleaños, primeras comuniones o regalos de Navidad «por todo lo alto» empiezan a formar parte del pasado. En los últimos años, los presupuestos para estas celebraciones se habían disparado hasta niveles absurdos, y no solo en el caso de las familias más pudientes. La actual situación económica nos da la oportunidad de hacer las cosas «con sentidiño» y disfrutar del sentido original de estas celebraciones: amigos y familia se reúnen para pasarlo bien y disfrutar de la compañía... sin necesidad de arruinarse.