Los Yarza, volcados en mejorar la industria

Gerardo González Martín VIGO / LA VOZ

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Joaquín Yarza, procedente de la armada, impulsó el astillero familiar

01 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Al iniciarse la década de los cincuenta estaban reunidos en Vigo los hermanos Yarza Ormazábal, Joaquín, Tomás y Román, para iniciar un negocio de construcción naval que desarrollaron en una gran parcela de 50.000 metros cuadrados en Ríos-Teis, donde en los momentos de auge de la empresa llegaron a tener en torno a 1.200 empleados.

Eran hijos de una leyenda en el sector de la industria naval, José Joaquín Yarza Albea (1873-1929), que además de ser maquinista naval de primera clase y autor en 1924 de un libro de enseñanza para el manejo de calderas y maquinaria de los vapores de pesca, tuvo infinidad de iniciativas más, que el espacio nos limita a aludir a un sistema de seguridad para evitar la explosión de las calderas de vapor, que era hasta entonces algo muy habitual en los pesqueros, con el consiguiente ahorro de vidas humanas.

El mayor de los hermanos, Joaquín (San Sebastián, 1881-Vigo, 1972), había servido en la Armada y terminó su vida militar en el crucero Canarias, llegando a ser comandante del Cuerpo de Máquinas. Buen deportista, en su juventud le hemos visto en alguna foto practicando esquí acuático con un equipo rudimentario, propio de los años treinta. Debía ser cuestión genética, como en el caso de sus hermanos, pero el caso es que en la Marina de Guerra ideó un sistema para aumentar la inmersión de los submarinos y mejorar de manera considerable el rendimiento de estos buques.

Nuestro personaje se estableció en Vigo en 1941 y aquí, entre otros trabajos para la mejora de la industria, explotó con el empresario Luis Iglesias Fernández (abuelo paterno de la cónsul del Perú y presidente del Celta, además de industrial de diversos registros) la marca de quemadores Yarigle, acrónimo de ambos apellidos, que se instalaron con éxito en numerosos buques y calderas de industrias terrestres. Producían, además, otros ingenios, como maquinillas de pesca o bombas de trasiego de fuel. Su hijo Miguel le recuerda en las meticulosas pruebas de instalación de los quemadores y no ha olvidado sus métodos de cálculo muy seguros cuando la electrónica no había entrado en este campo.

Asociados con Ascón

Al principiar la década de los cincuenta, Joaquín llamó a sus dos hermanos a Vigo para embarcarse en la gran aventura de la construcción de buques. Tomás era maquinista naval de primera clase además de veterano de la Resistencia francesa, con la suerte de que alguna vez salvó la vida de milagro. Otra vez la inventiva como constante familiar, ya que él y su hermano Román desarrollaron sistemas de iluminación con patente propia.

Este último también había sido maquinista naval. Como Tomás, trabajó para Pysbe y en la Segunda Guerra Mundial, en la Cía. Española de Navegación Marítima, con sede en EE.UU.

En 1952 los hermanos crearon Construcciones Navales Yarza, en la que eran mayoritarios y se encargaron de la dirección de la empresa. Joaquín tenía el 35 %, igual que la importante empresa Indar, de fabricación de maquinaria eléctrica, Tomás y Román cada uno el 10 % y la misma cantidad un hijo de Luis Iglesias. Además de construir y reparar buques fabricaban quemadores y bombas de trasiego de fuel y otros productos industriales. Todavía funciona, desde 1967, la embarcación Rías Bajas, que la Autoridad Portuaria emplea en la reparación y mantenimiento de faros y boyas.

Yarza, que en 1963 se había convertido en S.A., tuvo dificultades financieras y tres años después se fusionó con Ascón, apartándose del negocio los hermanos. Joaquín se retiró y sus hermanos siguieron con una fundición de acero en Puxeiros (Mos), en la que continuaría en solitario Román, al producirse la trágica muerte de Tomás.

La familia había dejado la impronta no solo de su capacidad empresarial, sino muy especialmente aquella inventiva que les caracterizó, heredada sin duda del patrón de la familia, su padre, que ya en 1914 había sido inspector de la Casa Mamelena, la primera que utilizó en la península ibérica la tracción a vapor y el casco metálico en buques de pesca.

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