El proyecto, liderado por Galicia, busca protección contra la bacteria «E.coli», causante de muchas infecciones urinarias
18 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El 40 % de las mujeres sufrirá al menos una vez en la vida una infección urinaria. Es una enfermedad molesta, que, aunque en menor medida, también afecta a los hombres y que repercute en su calidad de vida. Y es, también, una infección en expansión, ya que las cepas de la bacteria que la causa hasta en un 80 % de los casos, la E. coli, se han vuelto cada vez más virulentas y resistentes a los antibióticos. Pero la situación es aún más grave en los casos de cistitis recurrente, en las que el germen burla al medicamento y vuelve a reproducirse al cabo del tiempo. Para ambos casos la solución pasa por la creación de una vacuna preventiva, algo en lo que llevan trabajando desde hace años laboratorios de todo el mundo y a los que ahora se suma un proyecto nacido y desarrollado en Galicia bajo la dirección de la compañía Biofabri.
La biofarmacéutica con base en O Porriño lidera un consorcio, financiado con 1,6 millones de euros por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) que agrupa a las empresas gallegas CZ Veterinaria y NanoGap; a la zaragozana Nanoinmuotech; y a dos grupos de investigación de la Universidade de Santiago, dirigidos por Jorge Blanco y María José Alonso, y a otro de Vigo coordinado por África González.
La vacuna surgió en el Laboratorio Nacional de Referencia de E Coli de la Facultad de Veterinaria de Lugo. De hecho, de lo que se trata es de buscar inmunidad para los nuevos clones resistentes de la bacteria.
«Es evidente que únicamente con los antibióticos la batalla está perdida a corto-medio plazo, ya que están emergiendo en paralelo otros nuevos clones multirresistentes y con gran cantidad de genes de virulencia», explica el catedrático de Microbiología y jefe del equipo, Jorge Blanco. El proyecto financiado por el Gobierno tiene una duración de tres años y se plantea dos objetivos: desarrollar una vacuna general que pueda aplicarse de forma preventiva a los grupos de riesgo y crear inmunizaciones a la carta específicas para cada paciente a partir de las cepas aisladas y caracterizadas de cada uno de ellos.
En tres años sí está previsto que se consiga parte del segundo objetivo, aunque lograr una vacuna para toda la población será algo más complejo y serán necesarios más años. «Probablemente -apunta Blanco- todo el proceso se vaya a los diez años, pero lo que sí parece seguro es que en un plazo de cinco a diez años tendremos tres o cuatro vacunas contra la cistitis, y confiamos en que una de ellas sea gallega».
El consorcio creado y liderado desde Galicia cuenta con investigadores de gran proyección internacional, por lo que también puede ser el germen para el desarrollo de otras vacunas.