Ignacio Cirac: «Es una desgracia que España no pueda retener a sus científicos»

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

FIRMAS

Cirac acaba de ganar el premio Wolf de Física, la antesala del Nobel

05 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El físico Ignacio Cirac (Manresa, 1965) es uno de los científicos españoles más reconocidos mundialmente. Director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica de Alemania, acumula una larga lista de galardones nacionales e internacionales, a los que ahora se suma el premio Wolf de Física, promovido por la fundación Wolf de Israel. No es un reconocimiento más, sino que está considerado como la antesala del Nobel, un premio al que Cirac parece predestinado. El jurado lo ha reconocido, junto a su colega austríaco Peter Zoller, por sus trabajos pioneros en física cuántica, que han demostrado que, técnicamente, es posible construir un ordenador cuántico, con una capacidad a años luz de los convencionales y que permitirán abrir nuevas fronteras en la investigación.

-El premio Wolf está considerado como la antesala del Nobel, al que lo precede en importancia. ¿Significa que está más cerca de conseguirlo?

-Sí que es un premio muy conocido. Si observamos la lista de los ganadores vemos que es gente muy conocida y que muchos fueron luego distinguidos con el Nobel. Es un premio muy grande, y estoy muy contento.

-Se lo han dado por demostrar que es posible crear un ordenador cuántico. ¿Cuándo los veremos?

-Nos han premiado por unos trabajos que hicimos hace entre diez y quince años. Ahora ya se han construido ordenadores experimentales basados en lo que nosotros propusimos, pero que aún están muy lejos de ser útiles, porque son prototipos. Hace falta la tecnología adecuada para hacerlos competitivos. También propusimos sistemas de comunicación cuánticos, procesos en los que la información discurre de forma más eficiente. En este caso el objetivo es disponer de sistemas seguros de comunicación que sean imposibles de hackear. Que nadie pueda robar los datos.

-¿Y los ordenadores?

-Demostramos que no es imposible hacerlos, pero el problema fundamental es crearlos a gran escala. Es un reto tecnológico muy grande en el que trabajan laboratorios de todo el mundo.

-Si se consigue, usted está predestinado al Nobel.

-Es posible que un día den un Nobel a la computación cuántica. Entonces también es posible que yo pueda estar entre los candidatos, pero primero habrá que crear un ordenador cuántico que sea competitivo.

-Usted trabaja en Alemania desde hace años, donde cada vez hay más científicos españoles. ¿Cómo se los considera?

-Sí es cierto que aquí hay muchos investigadores españoles. Mi experiencia con ellos es que están muy bien preparados y que aquí se les aprecia mucho.

-¿Y como se siente por el hecho de que muchos, ya consolidados, también tengan que emigrar?

-Es una gran desgracia que España no pueda retener a sus investigadores. Primero los forma y luego no los puede retener, lo que supone una pérdida muy importante de capital humano y económico.

-¿Los recortes pueden frenar la ciencia española?

-Está muy claro que hubo un gran despegue de la ciencia española desde hace quince años, con grupos que se han posicionado como líderes mundiales. Pero si se les reduce la financiación ya no pueden competir, y luego recuperar el terreno perdido no es nada fácil. Se puede perder en poco tiempo lo que nos ha costado mucho ganar.