Crítica de Arte
28 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Comienza una nueva etapa artística en el Ateneo Ferrolano tras las remodelación de su sede. Y comienza con fuerza, de la mano de dos exposiciones bien distintas: En el primer piso y desde el día 11, están expuestos los dibujos y pinturas de Borja Muiños; y un piso más arriba e inaugurada en día 17, Preto das portas de Tannhäuser del fotógrafo Eduardo Pereira. Fue una alegría asistir de nuevo a las inauguraciones del Ateneo, hubo en ello cierta melancolía de tantos y tantos momentos vividos en un pasado más o menos reciente. Ahora de lo que se trata es que haya muchas más y que todos enriquezcamos nuestra sensibilidad gracias a la variedad y pluralidad de la que el Ateneo gozó siempre.
Pero lo que nos ocupa hoy es hablar de lo que durante este mes podemos visitar, sin más dilación: Borja Muiños y con materiales de lo más variado nos propone una colección muy personal que bebe de las fuentes del llamado arte urbano e incluso del Pop más radical, lo cual se deja ver tanto en el aspecto final como el contenido de las obras. Así, nos recuerdan al trabajo de Keith Haring en varios aspectos: la gruesa silueta negra de las figuras, la agresiva gestualidad de los personajes, la utilización de colores planos, el uso de materiales de reciclaje,? todos elementos que el artista americano también utilizaba en sus obras. Un punto que hace muy personal el trabajo de Muiños es la utilización de lemas y palabras que aportan un contenido más social, más reivindicativo del momento en el que vivimos, afirmando con ello ese significado, esa relación que encontramos con el arte de la calle.
Eduardo Pereira y su colección Preto das portas de Tannhäuser nos invita a visitar mundos bien distintos en los que las referencias mitológicas se funden, a través de imágenes creadas digitalmente, con elementos cinematográficos y publicitarios. Cuando Ridley Scott en la película Blade Runner hace que el replicante moribundo hable de las Puertas de Tannhäusermientras suena Farewell de Vangelis, crea un mito. Pero esto no es nada nuevo, ya lo hacía Wagner mezclando las leyendas germanas para parir sus grandísimas óperas, más tarde la Marvell con sus superhéroes, y últimamente en serie como Spartacus o Juego de Tronos. Pereira bebe de todas estas fuentes y dibuja sobre el papel, a través de la cámara y el retoque digital, así, sus personajes bien podrían ser unas nuevas Walkirias que acompañan a los fornidos nuevos héroes muertos en batalla en su viaje hacia la Vallhalla. Con la salvedad de que estos nuevos personajes podrían ser el cartel de una película o la foto de un anuncio de cosméticos, siempre correctísimamente ejecutados y con un estilo que evidencia la autoría de su creador.
Después de tanto tiempo, más de dos años, es una alegría poder volver a visitar una exposición en este espacio emblemático de la ciudad, y si algo esperamos, es que el Ateneo Ferrolán vuelva a coger su ritmo habitual en la vida cultural y nos regale de nuevo tanto arte como venía haciendo.
crítica de arte
Hasta el 15 de febrero