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«Si yo pudiera vivir como socorrista me dedicaría a ello todo el año»

Manuel Varela Fariña
M. Varela RIBEIRA / LA VOZ

FIRMAS

17 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Anael Gómez licenciada en educación física y titulada en salvamento

Lleva seis años trabajando como socorrista en las playas de Boiro y desde hace ya varias temporadas ejerce como coordinadora. La joven Anael Gómez es una profesional, dado que además de ser titulada en salvamento es licenciada en Ciencias del Deporte y Educación Física.

Continúa formándose en diversas materias y, además, trabaja en una piscina, tanto encargándose de la seguridad como de monitora. Asegura que siempre le interesó el salvamento acuático, pero reconoce que se trata de una ocupación de carácter temporal porque no está bien remunerada: «La actividad en las playas está bien pagada, pero no sucede lo mismo en las piscinas. Si yo pudiera vivir como socorrista me dedicaría a ello todo el año».

Anael Gómez indica que la mayoría de quienes ejercen como vigilantes en los arenales son personas que están estudiando y que, con este trabajo, buscan una forma de conseguir un dinero extra. Sin embargo, subraya que se trata de una actividad con un elevado nivel de exigencia: «Tienes que tener una condición física de nivel medio. En Boiro, de hecho, debes superar unas pruebas para poder acceder. En la playa debes tener concentración, dado que durante ocho horas tienes que estar atento a lo que sucede. Que si una persona se mete demasiado, que si sopla el viento y una colchoneta se aleja o si hay niños».

Esta profesional celebra que ahora se requiera estar inscrito en el registro de socorristas para poder ser contratado: «Así se garantiza que todos tienen la misma formación».

En cuanto a la necesidad de contar con vigilancia en los arenales, afirma que se trata de un servicio imprescindible: «Nunca sabes qué incidencia puede darse, sea cual sea el tipo de arenal. En las playas tranquilas también suceden cosas». Anael Gómez reconoce que, actualmente, para los ayuntamientos supone un importante desembolso, especialmente si no cuentan con ayuda económica de otras Administraciones.

En el caso boirense, todos los veranos se contrata al mismo número de vigilantes, con independencia de la cuantía de las subvenciones que lleguen a las arcas municipales. Esta licenciada en Educación Física destaca este último aspecto.

La socorrista comenta que cada vez son más los jóvenes que se presentan para acceder a una de las plazas de socorristas que se convocan durante el verano en los municipios de la comarca.

Esta actividad ha ido cobrando auge con el paso de los años y los chavales se preparan para obtener la correspondiente titulación y acceder a una plaza: «Muchos de ellos hacen los cursos aunque lo que están estudiando no tenga nada que ver. Mi caso es diferente porque siempre me ha gustado la actividad física y me ha interesado el aspecto del salvamento acuático».