La fuente de Cuatro Caminos

Xosé Alfeirán

FIRMAS

ALBERTO MARTI VILLARDEFRANCOS

En 1963, el Ayuntamiento tuvo que tirar varios edificios para construirla

10 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El chafarís subió hasta los treinta metros de altura. Fue increíble. Los numerosos curiosos que se acercaron a la zona contemplaron con admiración el espectáculo. Hacía varias noches que se estaban realizando pruebas de funcionamiento en la recién construida fuente; todas culminaron con éxito. Cuarenta mil litros de agua por minuto eran lanzados hacia arriba a través de los múltiples surtidores que en ella se habían instalado. Los potentes chorros de agua se elevaban cambiando rítmicamente de forma mientras eran iluminados por juegos de luces de colores. La variabilidad de las figuras y la amplia gama de luces hacían que su contemplación fuese fascinante. No era una fuente cualquiera, era y es la fuente de Cuatro Caminos.

A las ocho y media de la tarde del sábado 7 de septiembre de 1963, el ministro secretario general del Movimiento, José Solís Ruiz, visitó y contempló la fuente luminosa, haciendo sobre ella cálidos elogios y declarándola oficialmente inaugurada. Lo acompañaban el director general de la Vivienda, Enrique Salgado Torres; el gobernador del Banco de España, José Salgado Torres, y otras personalidades y miembros de la corporación municipal. Poco después marcharon para asistir a la tradicional cena de gala que cada año organizaba el Ayuntamiento, en este caso presidida por el alcalde Sanjurjo de Carricarte, en honor del dictador Franco durante su estancia estival en Meirás.

Fue la necesidad de eliminar unos viejos caserones que afeaban el espacio y obstaculizaban el tráfico lo que llevó al Ayuntamiento coruñés a diseñar un proyecto que cambiaría radicalmente el aspecto de Cuatro Caminos. Demolidos esos edificios, su lugar lo ocuparía una moderna fuente que serviría de eje y rotonda para reordenar el tráfico.

Primera arquitecta

Autora de su diseño fue la coruñesa Milagros Rey Hombre, la primera arquitecta de Galicia y la tercera de España, que concibió una fuente de hormigón formada por dos grandes tazas circulares superpuestas y de diferente tamaño, teniendo la inferior unos diecisiete metros de diámetro. Bajo la fuente se instaló la sala de máquinas con una potente motobomba, un gran cono de distribución del agua y unos programadores hidráulicos y luminosos que creaban las diferentes combinaciones de luz y agua. Toda esta maquinaria fue ideada por Emilio González, profesor de la Escuela de Formación Profesional Acelerada de Someso (hoy CIFP de Someso), y fue fabricada, bajo su dirección, por operarios y alumnos de dicha escuela. Al Ayuntamiento su construcción le costó 1.100.000 de las antiguas pesetas, a lo que hay que sumar otros tres millones en indemnizaciones por las expropiaciones realizadas.

Inicialmente símbolo del progreso de la ciudad, sufrirá con el paso del tiempo diferentes avatares, pérdidas y reparaciones, y desde el 9 de junio de 1991, con el ascenso a Primera División y por iniciativa de los Riazor Blues, se convertirá en el lugar de celebración de los éxitos del Deportivo.