Billetes de 10.000 pesetas a granel

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La plaza de abastos de Ourense lanza una campaña para recuperar la peseta, que hace aflorar los antiguamente codiciados billetes de color azul

09 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La necesidad agudiza el ingenio, y la crisis, la búsqueda de pesetas casi olvidadas debajo de un colchón o en el fondo de un armario. De ello pueden dar buena cuenta en la plaza de abastos de Ourense, donde la vigencia de la anterior moneda en curso legal está más viva que nunca. Más de una década después aún son muchas las monedas y billetes que afloran en el tradicional mercado ourensano, donde la nostalgia invade a muchos al poder pagar con los viejos billetes sus filetes o sus pescados y mariscos recién llegados de la ría. No es la primera ocasión en que la plaza ourensana pone en marcha la campaña Tus pesetas vuelven a valer. Sin embargo, en esta ocasión los tenderos se han llevado varias sorpresas en los primeros días de aceptación de la vieja moneda. La fundamental es la proliferación de billetes de 10.000 pesetas que, según intuyen, se guardaban en las casas y que ahora fluyen ante las necesidades económicas. «Hubo placeros que apenas en unos días ya han recaudado cien mil pesetas», explica Emilio González, presidente de la asociación de la plaza de abastos de Ourense.

También llama la atención a los vendedores que en esta segunda entrega de la campaña han aparecido ya varios billetes de coleccionista que datan de la década de los cincuenta y que se guardaban como oro en paño en las casas. Ahora se canjean con fines puramente comerciales en los puestos de la vetusta plaza ourensana.

No falta tampoco espacio para las anécdotas y los placeros ourensanos reciben llamadas o justificaciones de lo más variopintas. Hubo, de hecho, quien se interesó por la campaña de recuperación de la peseta para canjear el dinero recaudado en un cepillo de una iglesia. «La cosa está muy mal y se nota en cada aspecto del día a día en la calle», argumenta Emilio González, que regenta un negocio familiar de venta de carne.

Tanto por la experiencia del año pasado como por los días que lleva en marcha en el 2013, la iniciativa para dar salida a las viejas pesetas en Ourense sirvió para despertar recuerdos y nostalgia entre los clientes. También para darse cuenta de lo mucho que ha subido la vida desde entonces. «Antes ir a la plaza con un billete de diez mil era un lujo. Ahora apenas sirve para hacer una compra en condiciones», asegura Teresa Losada, que apura su pedido de principios de semana.

Además de como una apuesta por revitalizar los puestos de la plaza ourensana, que están más repletos que nunca después de una campaña para fomentar la llegada de nuevos emprendedores con alquileres a precios asequibles, los vendedores consideran que de este modo se da a los clientes un pequeño respiro al poder pagar la compra sin gastar euros y aliviar la economía familiar.

En la campaña en marcha se aceptan billetes en pesetas emitidos a partir de 1939 siempre que cumplan la normativa de conservación y veracidad. En lo que se refiere a las monedas, pueden usarse las ocho que formaban el sistema vigente en España hasta la introducción del euro, junto con la de 2.000 pesetas. Teniendo en cuenta que el Banco de España estima que en los hogares españoles todavía hay 282.523 millones de pesetas, parece que iniciativas como esta tendrán largo recorrido hasta que en el 2020 se dejen de canjear.