Un trotamundos del balonmano

nino soto PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

Juan Bar, con la elástica del Teucro, ayer, colgando las camisetas de Argentina, Prato y Bolonia.
Juan Bar, con la elástica del Teucro, ayer, colgando las camisetas de Argentina, Prato y Bolonia. capotillo< / span>

El teucrista Juan Bar jugó en Argentina e Italia antes de aterrizar en la ciudad

09 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Con solo 25 años a sus espaldas, Juan Bar es todo un trotamundos del balonmano. Atrapado por el encanto de este deporte en la ciudad donde Maradona es Dios, el portero oriundo de Buenos Aires optó por una disciplina que no es ni profesional en Argentina.

A medida que iban pasando los años, por lo tanto, Juan Bar se planteaba una y otra vez la posibilidad de hacer las maletas y viajar a Europa para vivir del balonmano. Si el meta del Teucro eligiese el fútbol, y fuese igual de competente, le sobrarían ofertas millonarias.

Así fue como con 21 años aterrizó en Italia, concretamente en Florencia, cuna, entre otros, de figuras como Maquiavelo, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Botticelli. Enfundó como cedido la elástica del Prato, de la Primera División (Elite Serie A). Cuatro meses más tarde, fichó por el Bolonia, uno de los grandes de la competición italiana. Allí jugó tres temporadas, aunque durante la última, y a medida que empeoraba el nivel deportivo y la crisis azotaba al deporte, se le presentó al oportunidad de fichar por el Teucro.

«El panorama económico y deportivo en Italia era negro», señala Juan Bar, uno de los fijos en las alineaciones de Javier Barrios, entrenador azul.

Un compañero que conocía al fisioterapeuta del Teucro y a Javier Barrios le tendió el puente para convertirse en un guerrero azul. «Tuvimos nuestros contactos, hablé con Javier (Barrios) y el presidente (García-Alén) y pronto alcanzamos un acuerdo», relata Juan Bar, que defendió la albiceleste en categorías inferiores y es un habitual en las concentraciones de la selección argentina absoluta. En el Cono Sur tiene por delante a Matías Schulz (Anaitasuna) y a Fernando García (Vernon francés).

«Estoy esperando mi oportunidad para jugar con Argentina», confiesa el arquero. «Estaré preparado».

Un pilar

El meta se ha convertido en uno de los pilares de un Teucro que está a un paso de alcanzar la fase de ascenso, un objetivo que parecía inalcanzable a principio de temporada. De hecho, Juan Bar borró de la memoria colectiva la imagen de Milan Calic, el portero francés que había dejado muy buen sabor de boca en el Pabellón Municipal.

Su aportación bajo palos es clave en el éxito del Teucro. Nadie lo pone en duda. «Nos aporta mucho en todos los partidos», precisa José Manuel Rial, compañero de equipo. «Es un jugador que cada día va a más», añade.

Para un apasionado del balonmano como Juan Bar, ser profesional en España es un sueño cumplido. «Aquí hay gente que juega muy bien al balonmano», apunta. «España es un país con una enorme tradición en este deporte, y el Teucro es una de las referencias».

Sin embargo, pretende materializar otro sueño: disputar la liga Asobal luciendo los colores del Teucro. No es un objetivo descabellado. Los pupilos de Javier Barrios acarician la fase de ascenso pese a derrumbarse sus cimientos al finalizar el pasado campeonato. Fueron baja Mikel Unanue, Milan Calic, Jorge Silva y Alberto Salgado.

Juan Bar llegó a un club «muy joven». Pese a los duros inicios, la maquinaria azul comenzó a engrasarse y ahora compite al más alto nivel. «Al principio, nos costó jugar con fluidez, pero ahora lo que hacemos parece fácil», apunta el arquero.

Si nada se tuerce, jugará en el Teucro la próxima campaña. Renovó un año más. «El contrato le permitía al Teucro renovarme y yo estoy encantado con la renovación», sostiene. «Estoy muy a gusto, y con esta afición es un lujo estar aquí».