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García de Loza: «Te llaman hijo de tal y es como si te diesen los buenos días»

FIRMAS

GUSTAVO RIVAS

19 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tiene 66 años y un hijo de 11 que juega al fútbol en alevines y nunca le sacaron una tarjeta. «Es que en esas categorías no las muestran, pero él lo está deseando», comenta Raúl García de Loza, que fue padre a los ¡55! «Me casé tarde. Le llevo unos veinte años a mi mujer. Teníamos que haber tenido otro... porque uno solo es muy absorbente, es el rey de la casa...», reflexiona mientras intenta no quemarse con una manzanilla con limón. Cuando arbitró su primer partido allá por el año 1964 en la parroquia de San Pedro de Nós, su ahora esposa no había nacido. «El arbitraje fue como una droga. Me metí y ya no pude salir», comenta. Natural de Lugo y residente en A Coruña de siempre, trabajó en Telefónica durante cuatro décadas y lo compaginó con su labor en los terrenos de juego. Ser árbitro y ser insultado es todo uno. «Va con el cargo. Sabes que por muy bien que lo hagas alguien te va a insultar. Te llaman hijo de tal y es como si te diesen los buenos días. En campos grandes cuando la gente empezaba a gritar oías como un zumbido y hasta te crecías. Uno se acostumbra a que lo insulten», recuerda.

Pasión por la playa

Dice que se encuentra bien. «De maravilla». Lo delata su aspecto saludable. Siempre moreno. «Un vicio fácil de confesar es el de la playa, me escapó en cuanto puedo. Hago una vida normal. Entreno casi todos los días carrera continua, y martes y jueves juego al tenis... Cuando estaba en activo pesaba 65 kilos y ahora estoy en setenta y pico. Veo muchos partidos... y también de tenis, que a veces me gusta más que el fútbol», confiesa. Charlamos en la sede del Casino en la calle Real, una sociedad de la que el exárbitro es directivo. Hace unos años también fue edil por el PP. «Hice amigos. Antonio Erias hizo una oposición limpia, sin confrontación. Para mí fue un orgullo ser concejal de mi ciudad».

Polémicas arbitrales

Moreno, de ademanes un poco chulescos, soltero... «Recuerdo que me hice la permanente, ahora no puedo (pasa las manos por sus cabellos canosos). Algún directivo puso en duda mi heterosexualidad. Les tengo mucho respeto a los homosexuales, pero puedo dar fe de que no lo soy. No tengo la pluma», comenta. Para un futbolero es un lujo conversar con Raúl García de Loza. «Tuve la suerte de que en una época dijeron que era del Barcelona y otras del Madrid. A mí nadie me intentó comprar. Creo en la honestidad del colectivo arbitral pero existe el error humano. En cualquier caso considero que las designaciones en este final de Liga no están siendo las adecuadas...», destaca. ¿Y aquel gol anulado a Butragueño por fuera de juego que le hubiese dado la Liga al Real Madrid en Tenerife? «Levantó el banderín mi juez de línea. Tuve dudas, lo reconozco, pero le hice caso. Por la noche en el restaurante en donde cenamos pusieron un televisor y dieron la repetición de la jugada. Me eché las manos a la cabeza y le dije al linier: ??¡Que Dios te conserve la vista!?? No pude dormir en toda la noche», recuerda con gran serenidad.

El pulso de la ciudad