Fito Cabrales reconoce que lo normal no es lo que le pasa a él: llenar pabellones y vender discos. Admite que es afortunado y que ahora todo va demasiado deprisa en comparación con cuando empezó
13 sep 2013 . Actualizado a las 15:39 h.Fito y Fitipaldis cerrarán el Festival de la Luz con un repertorio «parecido» al que han venido haciendo en la gira: «De hecho, para el grupo, Boimorto es el último concierto de la gira».
-El ambiente del Festival será algo distinto del de los conciertos de su gira.
-No conozco el lugar, pero por lo que me han contando tiene pinta de ser como el ideal de tocar en el País Vasco, un lugar ideal, con música de muy diferentes tipos.
-¿Va a cambiar el repertorio de la gira?
-Creo que nuestro repertorio se ajusta bien al festival. Quizá hagamos alguna cosa diferente. Como es nuestro último concierto de la gira también nos pide hacer algo especial.
-¿Para un músico de rock hay un antes y un después de tener una biografía?
-Je, Je. Pues en mi caso no ha cambiado nada. La biografía [Soy todo lo que me pasa, Ara Llibres] la hice porque la persona que me la pidió era muy próxima. Si me lo hubiera dicho otra persona probablemente no habría querido. Pero no he notado cambio después del libro. Tiene algunas cosas buenas: lo de tener que ponerse a pensar cómo fueron las cosas, las fechas. A veces cuentas cosas que te pasaron y, en realidad, estás engañado.
-Además de ese ejercicio, ¿cuánto ha cambiado la vida del rock desde sus comienzos?
-Creo que no ha cambiado mucho. Hay cosas que han cambiado, claro. Ahora todo el mundo tiene mucha prisa. Los chavales que empiezan, si no triunfan a la primera, ya les parece que no triunfarán. Los cambios del rock tienen que ver siempre con los de la sociedad. Van de la mano. En la música creo que es todo más o menos igual. Hay cuatro locos que nos dedicamos a esto.
-Pero su caso no es el común del mundo de la música
-Muchas veces tengo que pensar que lo normal no es llenar en todos los conciertos. Que no es la situación habitual de la música ahora mismo. Y que soy afortunado. Antes, cuando acababan las giras, cada uno de los que venían con nosotros iban a currar con otros músicos. Ahora muchos marchan para casa. Me gustaría que no fuese así.