
Concello de Abegondo y Diputación restauran la escuela de Figueroa
13 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Todo el mundo en Abegondo conoce o ha oído hablar de Javiera Armada Losada. Una mujer de posición económica desahogada, soltera, cristiana y volcada en la beneficencia. Como describe su sobrino Juan Gil de Araújo, marqués de Figueroa, Javiera era una mujer adelantada a su tiempo que conducía por la comarca un Dion-Bauton del año 1912 y se iba de caza cuando comenzaba la temporada de perdices. Hija de militares y hermana de un ministro de Justicia en el gobierno de Maura, en casa la llamaban «la coronela honoraria de caballería» por su carácter, su disciplina. Pero lo que recuerdan los vecinos de Figueroa es su dedicación a los niños, una pasión que la llevó a crear en 1920 las Escuelas Ave María del Niño Jesús y que ahora, con la aportación económica del Concello de Abegondo y la Diputación, se recuperarán para centro social, centro juvenil y centro parroquial.
Tres generaciones en clase
Todo el municipio está volcado con el proyecto porque, quien más quien menos, pasó por las aulas de doña Javiera. De hecho, Pepe Álvarez, Julio Insua o José Cabanas, todos antiguos alumnos, aseguran que allí estudiaron tres generaciones de muchas familias. Dicen también que hubo épocas en las que había casi cien alumnos en clase y que, como no entraban todos, tenían que hacer turnos. Con tanto estudiante, doña Javiera contrató a varias maestras para que la ayudaran en la labor docente y en el recuerdo de muchos se quedó la imagen de Pilar Daviña. «É a que máis recordamos. Dona Javiera morreu no 1966 e dona Pilar xubilouse tempo despois, cando pechou a escola coa construción dos novos colexios», recuerdan los vecinos.
También perdura en la memoria de estos antiguos alumnos, la sabiduría de doña Javiera: «Sempre polo seu santo facía unha pequena festa. Nunha ocasión deunos figos a todos os nenos. Dixo que podería repetir aquel que acertara a que sabían. Todos contestamos, pero ela deu a resposta correcta: ?Saber saben a pouco?». Mantienen el recuerdo vivo de cuando empezaron a servir leche en polvo a los niños en el recreo, allá por 1955. «Tamén quedabamos a comer ao mediodía. E algún viña á escola tan só pola comida», dice Julio Insua. «Eu vivía, e vivo, ao lado da escola. Pero o día que había fabada non quería vir», comenta entre risas Pepe Álvarez.
«¡Jeringa!»
De las aulas de Figueroa salieron niños que, ya adultos, ocuparon importantes puestos en la sociedad como la gerencia del Banco de España. Y ella personalmente se ocupó de que alguno siguiera estudiando hasta llegar a la universidad. Como recuerdan sus antiguos alumnos, era una profesora que imponía disciplina y su interjección más célebre cuando el aula se le revolvía era: «¡Jeringa!...». Por no decir una palabra más fuerte.
Su sobrino explica que la segunda fase de las obras de recuperación de la antigua escuela (en total se invertirán 250.000 euros) deberán estar finalizadas antes de que termine el año. Y que, para entonces, espera tener recopilado material suficiente (fotografías, cuadernos de antiguos alumnos...) como para poder montar una exposición. También el ilustrador Suso Cubeiro se encargará de hacer un mosaico en el encerado que todavía se conserva empotrado en el muro del antiguo patio. Reflejará, adelantó, las facciones del rostro de doña Javiera.