El auditorio municipal acogerá el sábado una obra de teatro social para familias complementada con un recital poético
31 oct 2013 . Actualizado a las 06:00 h.La compañía de Blanca Marsillach presentará el sábado, en el auditorio municipal, El toro y el banquero, de Elise Varela, y el recital Una Noche Blanca con los Clásicos, un homenaje a su padre, Adolfo Marsillach. La entrada es gratuita al ser una obra patrocinada por Bosch y Junkers.
-¿Qué es el teatro social?
-Empecé haciendo una obra con chicas de acogida de la Comunidad de Madrid. Fue a raíz de un problema que tuve; me ayudaron y quise devolver la ayuda. Después ya decidimos utilizar el teatro como medio terapéutico, educativo e, incluso, como tabla de salvación.
-¿Cómo es eso?
-Yo he sentido que la magia está en el escenario. Al subir al público al escenario, ellos sienten los efectos maravillosos del duende y la magia que hay en las tablas.
-¿Cuál es el mensaje en esta fábula propone?
-Me encanta la naturaleza y pensamos que sería bonito contar a los más pequeños y a sus padres qué es eso de las energías sostenibles. De todo eso surge El toro y el banquero, que educa espiritualmente en valores como el coraje y la fe. Además lo contamos con siete canciones, que repasan diferentes estilos, como hip-hop o el flamenco
-¿Cómo se puede hacer teatro gratuito para el público?
-Nos reunimos con Bosch y Junkers, que están empeñados en convertir nuestras hogares en casas eficaces y ciudades sin malos humos. Ellos son quienes lo hacen posible. Tendremos un photocall con un coche de Bosch, que se llama Electrízate para que los niños puedan ser fotografiados.
-¿Y la parte poética?
-Mi padre hizo un montaje con Amparo Rivelles y María Jesús Valdés, que se estrenó en el Festival de Almagro y se llamó Una noche con los clásicos, un recorrido por el Siglo de Oro. Como homenaje a él, he quitado la mística y me he quedado con el resto. Hemos hecho una retroproyección con Adolfo Marsillach recitando, y sobre el escenario estamos Mónica Buiza y yo.
-¿Actúan los niños de alguna forma en esta parte?
-Queremos difundir el mensaje de que los poetas del Siglo de Oro son los raperos del siglo XXI. La primera media hora la dedicamos a la poesía y, en la otra, salen los chavales a rapear el verso, porque la métrica del verso tiene la misma cadencia que los endecasílabos, y el rap está hecho de endecasílabos. El que mejor lo hace recibe unas botas Doctor Martin.
-¿Cómo ve el teatro actual?
-Se hacen cosas buenas, pero no tan buenas como hace cinco años y, desde luego, no tan buenas como en la época de mi padre en la Compañía Nacional de Teatro Clásico: él marcó un antes y un después. Yo no digo que ahora no haya directores maravillosos, claro que los hay y Miguel de Arcos es uno de ellos, pero creo que no sé si por los momentos convulsos políticos e históricos que se vivieron en aquel momento, todo tenía una repercusión y un carisma, como más sustancioso. Ahora está todo más globalizado, esa es la sensación que yo tengo. Pero claro, teniendo a Marsillach en casa pocas cosas pueden sorprenderme.
-¿Echa en falta el cine?
-Me llena el proyecto actual, más empresarial que actoral y más de difusión colectiva y de ayuda al prójimo que de resaltar yo como actriz. Hay un equipo y es muy satisfactorio porque estamos consiguiendo que los sectores marginados puedan tener una válvula de escape. El cine sí lo echo de menos, de vez en cuando, románticamente, pienso que estaría bien hacer una película, pero bueno, tampoco tengo mucho tiempo para echar de menos muchas cosas.
blanca marsillach actriz y empresaria teatral