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«Hay que librar la batalla diaria de la dignidad y de la alegría»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

XOÁN A. SOLER

«Me siento bien con la gente joven, en el trabajo y en la vida», afirma

17 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Doy las gracias porque se reconozca mi trabajo y mi trayectoria, se supone que el camino andado no ha estado tan descaminado», responde José Sacristán al ser preguntado por el premio Cineuropa. «Este certamen tiene un criterio que aplaudo y celebro. Y la gente que lo lleva a cabo y lo trabaja es gente que ama al cine y que sabe», agrega.

-Se proyecta «Madrid 1987», ¿cómo valora esa película?

-El personaje que interpreto creo que al final es un fracasado o un derrotado moral, que tiene la lucidez del perdedor.

-¿Por qué pierde?

-A lo largo de toda la historia el perdedor es dramáticamente el más interesante, que tiene la conciencia de que la guerra está perdida, pero hay que librar la batalla diaria de la dignidad y de la alegría. Ahí estamos todos, al menos yo me encuentro ahí. La propia naturaleza nos hace perdedores de entrada, porque nos tenemos que morir. Como Calígula, el personaje de Camus, que decía que los hombres mueren y no son felices.

-Sus dos últimas películas en el mercado son de perdedores...

-Sí, de perdedores con la lucidez de que al final la guerra se pierde. Tienen diferencias abismales; y coincidencias, como haber trabajado con David Trueba y Javier Rebollo, dos directores jóvenes, y la reflexión sobre el fracaso en la vida.

-Este año ha participado en dos nuevos rodajes, ¿cómo son?

-Son Murieron por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta, y Magical Girl, de Carlos Vermut, otros dos directores jóvenes; igual que la gente con que trabajo en Antena 3. Me siento bien con la gente joven, en el trabajo y en la vida.

-Trabaja en teatro con El Quijote y Antonio Machado, ¿qué aportan hoy estos personajes?

-Hay algo de ejemplar en ambos, se mantienen como referentes morales: por lo que dicen, lo que hacen, lo que fue su vida, aunque uno sea de ficción y otro real.

-En 1982 rodó con Camilo José Cela «La Colmena», ¿cómo recuerda aquel trabajo?

-Cela no pasaba desapercibido, era una personalidad arrolladora, fascinante, muy interesante. Coincidimos desde la preparación del rodaje a toda la campaña de promoción, era un hombre atrapador.

-Cineuropa premia su trayectoria de más de 50 años, ¿cómo valora tan largo período?

-En 1960 comencé como profesional y como aficionado en 1955-56. Ha habido muchos cambios. Últimamente veo la situación mal, muy mal, me da mucha pena. ¡Qué lástima que en tan poco tiempo hayamos perdido el impulso y la orientación, y la idea de que podíamos tutearnos con el resto de Europa! Han vuelto a crecer los Pirineos, lamentablemente.

-¿A qué atribuye eso?

-Creo que hay mucha responsabilidad en el despiste moral de la izquierda. De la derecha española nunca he esperado nada, los conozco y no me gustan. Pero el descalabro moral de la izquierda es demoledor. Y me considero de izquierdas.

-¿Cómo ve el cine español?

-Es muy difícil escapar al dominio del imperio americano, cada vez amplía más su influencia. Y más con este gobierno de España, con el IVA y las políticas que nos ponen contra las cuerdas a competir de manera tan desigual, y así muy difícil.