El rincón que encandiló a Almodóvar

FIRMAS

MARCOS CREO

Con 75 años de historia, la taberna Suárez es parada obligada en Outes

22 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Jueves. Nueve de la noche. La taberna Suárez está a rebosar. El olor a bollos preñados traspasa las paredes del local y son muchos los que allí se reúnen a sabiendas de que no hay un plan mejor para las tardes invernales. Han sido muchas las generaciones que se han reunido alrededor de sus mesas.

En plena Guerra Civil abrió sus puertas este bar que también es panadería pero que comenzó siendo una tienda mixta en la que se vendía a granel. Aún lo recuerda perfectamente Eliseo Suárez, el nieto del emprendedor que puso en marcha el negocio y quien ahora cuenta las múltiples anécdotas que se vivieron en el local, lugar de encuentro de artistas de la talla de Almodóvar. Y es que el director de cine manchego rodaba La mala educación cuando conoció la taberna Suárez. No probó los boliños preñados, conocidos más allá de Barbanza, pero sí tuvo ocasión de encargar una bolla de pan de maíz.

No fue el único artista que sucumbió a los encantos del local. Juan Pardo estaba haciendo un reportaje para una televisión mexicana en los alrededores cuando se encontró con Eliseo Suárez. Para poder terminar la grabación fue necesario cortar el tráfico, y de esto se encargaron el responsable de la taberna outiense y un amigo. Para devolverle el favor, el cantante entonó algunos de sus mejores temas en el establecimiento hostelero. También Ana Kiro se dejó ver por esos lares.

El secreto de los bollos

No ha querido la familia Suárez desvelar el secreto de la receta de sus afamados bollos preñados. Es todo un misterio. Lo que sí cuentan es que comenzaron a prepararlos cuando un amigo asturiano los animó. También intentaron hacer arepas, un plato típico de Venezuela, pero el plan no salió bien. El secreto de su éxito puede buscarse en la frase que repite Suárez: «Hai que mimar aos clientes con boas tapas, se non marcharán».

Además de los bollos preñados, la oferta gastronómica es de lo más variada en la taberna outiense. El jamón es un «cariño» que se sirve a los clientes, tal y como explica Eliseo Suárez. Se trata de un producto que siempre procede de Galicia y que se sirve con el pan más sabroso de la zona. También, según el día de la semana, los visitantes pueden disfrutar de tostas de bacalao, empanadillas, guiso de pulpo, callos o mejillones de la ría. Con esta lista de suculentos platos pocas excusas les quedan a quienes no hayan visitado nunca la taberna, un refugio en el que se respira buen ambiente.