
Moneixas y Orazo tuvieron talleres pero solo Arcos da Condesa sigue en activo
27 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Buena parte de los tañidos de las campanas de iglesias de toda Galicia, e incluso de Madrid y algún país hispanoamericano tienen su origen en fundiciones asentadas en los municipios de Lalín, A Estrada y Caldas de Reis. Celso García Alonso hace un amplio recorrido por la historia de cada una de ellas en su libro As campás galegas. Fundicións, publicado por la Diputación de Pontevedra, que incluye una amplia recopilación de los trabajos que salieron de estos talleres para iglesias y capillas de toda Galicia.
La más antigua de la provincia es la Fundición Ocampo, que comenzó su actividad en Arcos da Condesa en el año 1630. Es la única que continúa en activo, y entre sus trabajos de los últimos años, destaca la fundición de las cuatro campanas de la catedral de La Almudena, en Madrid, entre septiembre de 1998 y mayo de 1999, con pesos de entre 1.300 y 2.000 kilos. Algunas de sus campanas cruzaron el Atlántico, y se encuentran en Caracas (Venezuela) y el distrito de Coyoacán, en México DF.
Ya en el norte provincial, García Alonso señala que la parroquia estradense de San Pedro de Orazo albergó dos fundiciones: la primera de ellas tuvo una producción efímera, pero fue determinante para la existencia del segundo taller. Fue el maestro santanderino Hontañón, que en 1848 había fundido una campana para la iglesia de Orazo que aún funciona, quien se estableció en la parroquia, en una casa próxima al atrio y cementerio para realizar encargos de zonas próximas, hacia 1849 o 1850. Se fue cinco años después, pero a su marcha Juan Liste Pereiras, que había sido su ayudante, decidió establecer su propio taller, la Fundición Liste, en el lugar de Currelo. Se incorporó más tarde su hijo, José Liste Villanueva, manteniéndose la producción hasta 1927, firmando campanas para numerosas iglesias de A Estrada ?entre ellas la campana grande de Orazo? y Silleda, pero también para Valadares (Vigo).
La iglesia de Orazo aglutina la historia de las fundiciones de Deza y Tabeirós: su tercera campana fue obra, en 1967, de la Fundición Taboada de Moneixas (Lalín). Celso García Alonso indica en su libro que el fundador fue Jesús Taboada Montoto, en los primeros años de la década de 1890. Tuvo continuidad a lo largo de cuatro generaciones, hasta que en 1972 Fidel Taboada Portas y su hijo Julio Taboada Iglesias cesaron en esta actividad. Las campanas salidas de este taller lalinense llegaron a las cuatro provincias gallegas, y la publicación As campás galegas. Fundicións reproduce un registro manuscrito de las campanas salidas de esta fundición desde el año 1950, con los lugares de destino y peso de cada una de ellas. Un documento que da fe de una producción que llegó a desde Celanova a Palas de Rei, de Chantada a Vilalba, y a monumentos como el monasterio de Oseira, una de las de mayor peso con 780 kilos.