Desfiló para el joven diseñador Rafael J. Cameselle en la pasarela Ego
22 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Aunque entre sus planes vitales nunca ha estado entrar en el Olimpo de las tops, Carolina Rivas ha podido escribir esta semana un capítulo destacado en su book de modelo. Ella ha sido la única pontevedresa que ha desfilado en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid y, probablemente, la primera. Ha sido también la única que no acudió a la cumbre de la moda patria a propuesta de la agencia encargada de la organización. Su presencia en el Samsung Ego, la plataforma de los nuevos talentos, se debió a la petición expresa del diseñador Rafael J. Cameselle, uno de los dos ex alumnos de Esdemga que fueron seleccionados, y con quien ya había colaborado en la pasada edición de Debut. «Me quería sí o sí», señala la modelo, que después de pasar las pruebas de Índice de Masa Corporal (IMC) y altura -lo mínimo es 1,75 y ella sobrepasa en medio centímetro esa medida- logró el plácet de los organizadores para participar en el evento.
Carolina desfiló con un precioso vestido ocre con flores superpuestas a modo de pechera, uno de los estilismos inspirados en la figura de Antígona: «De la colección me gustaba todo, es difícil elegir». Antes, diez minutos para un maquillaje suave -el peinado afro es suyo natural- y nada de ensayos, solo una prueba de vestuario.
«La experiencia fue muy buena, me encantó -reconoce-. Antes de salir tienes una pantalla en la que te dibujan cómo es la pasarela y lo que tienes que hacer, todo en inglés, porque casi todas las modelos son de fuera. Salió muy bien y me encantaría repetir». Nada más terminar el desfile, pudo comprobar la repercusión de la antigua Cibeles: «Es una plataforma que está muy bien para hacer contactos, yo nunca había hecho tantos como allí».
Tarjetas
«En la sala que habilitan para la prensa y los diseñadores -explica Rivas, para quien la faceta de modelo ha sido siempre un extra en su trabajo en el mundo de la imagen y el sonido, el diseño o el turismo-, los fotógrafos me avasallaron, y como no tenía tarjetas, me daban la suya, algunos quisieron sacarse fotos conmigo...». Incluso una persona del programa El Intermedio se quedó con su teléfono tras ofrecerle colaborar en el programa. «A ver qué pasa... Pero no creo».
Carolina fue la única modelo negra de la pasarela, «y se notó el impacto que causé al salir, porque normalmente son todas muy neutrales, rubias, menos una china que había».
Desfiló junto la ganadora del premio a la mejor modelo, Blanca Padilla. «Me quedé asombrada de la delgadez de algunas modelos, pero también de la de los chicos. Conmigo, las chicas que nos vestían me decían: ¡Una tía con cuerpo!...», cuenta. «Para bien -añade- lo que más me sorprendió fue la forma de organizar las cosas. Para mal, el postureo que vi. Ves que hay chicas que se matan de hambre para estar ahí y luego que hay niños que se mueren de hambre y familias que no llegan a fin de mes... Viendo lo que ves allí, me parece poco ético y moral».
Ida y vuelta
Aunque en el sector lleva siete años de experiencia, ya cuando tenía 14 tuvo la oportunidad de ir a Barcelona para convertirse en modelo, «pero mi madre no quiso, no podía venir conmigo y no iba a dejarme sola; e hizo muy bien». La moda no volvió a cruzarse en su camino hasta el 2007, en que uno de sus alumnos de esgrima -un deporte que practicó durante varios años y del que se hizo monitora-, profesor en Esdemga, le animó a participar en Debut. «Me encanta lo que hacen en la escuela, creo que son muy creativos», señala. Desde entonces, siempre trabajando por libre, ha alternado posados para catálogos con alguna pasarela, las dos últimas de novias. Protagonizó también anuncios publicitarios para la Vuelta a España, Turgalicia o fotos para catálogos de Selmark y los cosméticos, Tahe.
Interpretación
Está realizando un curso de interpretación en cámara que se une a una formación que incluye ciclos de Imagen y Sonido, Artes Plásticas, Diseño y Fotografía y una diplomatura de Turismo.
Hasta hace poco trabajó en la Diputación, en Turismo Rías Baixas y en el departamento de diseño, pero ahora que ha finalizado su contrato planea estar algunos días en Madrid para aprovechar el tirón, «aunque tampoco creo que sea la panacea, aquí es complicado, pero allí hay mucha gente, y buena».
Y claro que le gustaría ser actriz, «pero hay que tener los pies en la tierra». «Todo lo que sea creativo me gusta, si puedo seguir por ahí perfecto, pero como siempre he hecho diferentes trabajos, pues no me planteo nada, lo que surja, estupendo».
«Me encantaría repetir, porque la experiencia fue muy buena, salió muy bien»
«Para bien, me sorprendió la organización, para mal, el postureo que vi»